Los números son de gran utilidad en la vida y para desarrollar habilidades en esta materia, nos familiarizamos con ellos desde antes de llegar a la básica. Aunque algunos se peinan con las matemáticas, hay quienes tenemos pesadillas con sólo escuchar esa palabra (incluso estando en la adultez), ya que no entendíamos ni la mitad de lo que el profe explicaba en clases y parecía más una lección de chino mandarín que de operaciones matemáticas básicas. Pero no hay que dejar que aquello que nos cuesta termine por derrotarnos, sino que debemos dar lo mejor de nosotros para superar esos obstáculos y ganar la batalla a ese ramo. Si los números y tú no se llevan bien, considera estas 10 claves que te ayudarán a estudiar de mejor forma matemáticas.
1. Aprende de tus errores
Una buena práctica que puedes aplicar para mejorar tus habilidades en matemáticas, es leer esas pruebas en las que no te fue muy bien. A medida que vayas leyendo una y otra vez, encontrarás en qué te equivocaste, detectarás más resultados erróneos y además podrás responder correctamente aquellas preguntas que te restaron puntos en la prueba. No cambiarás ese rojo, pero sí te será más fácil tener los ojos abiertos y aprender de tus falencias, para que cuando tengas otra prueba, evites equivocarte en el mismo tipo de ejercicios.
2. Haz muchas preguntas
Lo peor que puedes hacer es quedarte callado ante las dudas, sobre todo en un ramo que te cuesta. Si no entiendes ni jota, levanta la mano y pregunta al profesor, ya que parte de su pega es responder a las preguntas de su estudiantes. Por eso, aprovecha la oportunidad que tienes y apenas sientas que el profesor te está hablando en un lenguaje que tú no dominas, pídele que haga una pausa y cuéntale qué es lo que no te quedó claro. No tengas vergüenza de preguntar, porque es mucho más leso el que dice que entiende la materia, pero no cacha nada, el que se anda riendo del resto en vez de preocuparse por sus notas o ese al que todo le importa un rábano de ensalada.
3. Concentración a full
La procrastinación suele ser parte de nuestras rutinas de estudio y es que ese sexy celular con plan de datos, la transmisión de un episodio estreno de tu serie favorita o ese juego que estás a punto de terminar, son opciones más entretenidas que ponerse a estudiar. Sin embargo, si priorizas la diversión antes que tus responsabilidades, estás aplicando el auto sabotaje y desaprovechando el tiempo en el que podrías pulir tus habilidades numéricas. No dejes que las distracciones sean más fuertes que tú y cuando necesites estudiar matemáticas, busca un lugar silencioso, iluminado y lejos de cualquier cosa que te lleve por el camino de la flojera.
4. Realmente presta atención al profesor
En mi caso, como las matemáticas no me gustaban, no pescaba la clase (porque no entendía nada) y me ponía a leer, dibujar, jugar al gato o hacer cualquier otra cosa que me mantuviera alejada de los números. Fue un gran error, ya que el aprendizaje en clases es fundamental para mejorar en matemáticas y uno de los puntos más importantes es prestarle atención al profesor, para que los conceptos, las distintas operaciones y la forma de resolver los problemas, se vayan quedando en tu memoria. Escuchar al profe será de gran ayuda, porque cuando quieras repasar la materia en tu casa, notarás como varias de las cosas que aparecen en tu libro de estudios ya se habían quedado en tu inconsciente, solamente por sintonizar bien tus oídos durante la clase.
5. La práctica hace al maestro
Práctica, práctica y más práctica, esa es la clave principal para mejorar en matemáticas. No es que te vayas a convertir en Einstein, pero al menos comenzarás a sacarte azules, porque esta materia se basa en resolver problemas. Busca guías en Internet y pídele material de apoyo a tu profe, para que puedas practicar el finde. Cuando tengas nuevamente clase de matemáticas podrás revisar los ejercicios que hiciste por tu cuenta, pero junto con tu profe, quien te orientará respecto a lo que necesitas mejorar. Si tienes algún familiar bueno para los números, también puedes pedirle unos minutos para resolver ejercicios juntos.
6. Amigos numéricos
Si tienes amigos y compañeros de colegio que son secos para las matemáticas entonces aprovecha y arrímate a buen árbol, ya que no tiene nada de malo buscar un grupo de estudio que pueda apoyarte en matemáticas. Estudiando con otras personas entenderás mejor en qué te estás equivocando y también podrás repasar aquellas unidades del libro en las que definitivamente, no cachas nada. Si eres bueno en un ramo que a tu grupo de estudio le cueste, puedes retribuir el conocimiento que has adquirido y así generar una relación en la que todos reciben algo útil
7. Deja el orgullo de lado
Sé que nuestros némesis suelen ser los profesores, sobre todo los que pasan esas materias que nos cuestan. Pero si te las das de orgulloso y no pides ayuda a tiempo (cuando llegas a ese punto en que no entiendes nada de la clase de matemáticas) entonces el silencio será tu camino hacia el desastre. Pide apoyo a tu profe de matemáticas, cuéntale que estudias mucho y pones todo de tu parte, pero que tu cerebro parece no funcionar cuando se trata de números. Si es un docente por vocación, no tendrá ningún problema en ayudarte y además entenderá el motivo de tu falta de participación en su clase.
8. Repetir como loro no sirve
Cuando queremos aprendernos una canción o estamos estudiando historia, repetir como lorito es la mejor técnica para que esas palabras y fechas de batallas se queden en tu cabeza. Pero en matemáticas no sacas nada con aprenderte cosas de memoria, ya que si no entiendes lo que estás memorizando, no te la podrás para resolver ejercicios cabezones de una prueba. Aunque tengas que leer lentito y devolverte varias veces a una misma página de tus apuntes, hazlo hasta que realmente entiendas lo que estás leyendo.
9. Matemáticas en la vida diaria hay
Cuando te toque comprar en el almacén, sacar las cuentas del saldo negativo de tu mesada o calcular cuánta plata le debes a tu hermano chico, aléjate de la calculadora del celu y ejercita a tu cerebro para que se acostumbre a utilizar números, como parte de su rutina. No se trata de que calcules grandes números a dedo, pero sumas, restas y divisiones simples, son un buen comienzo.
10. Que tus inseguridades no te jueguen en contra
¿Te ha pasado que en clases los ejercicios te salen bien, pero en la prueba contestas todo mal? Si tu respuesta es sí, lo más probable es que los nervios te estén jugando una mala pasada. No dejes que la ansiedad te lleve a responder mal las preguntas de una prueba, tómate tu tiempo y recuerda que no es necesario contestar todo, sino que asegurarte de realizar correctamente aquellos ejercicios que realmente entiendes. Siempre debes partir contestando las interrogantes que entiendes y dejar para el final las que te producen más de una duda.