En la vida, al igual que en tu curso, hay varios tipos de personas y que suelen ser bastante distintas entre sí. Es por eso que en la sala de clases, es como si se reunieran a diario distintas especies de humanos, entre los que podemos encontrar a los que tienen la media perso, los tímidos, los mateos, los porros y los repitentes. Estos últimos pueden ser principiantes (estar repitiendo por primera vez) o manejarse en el tema y tener un diplomado en la ley del mínimo esfuerzo o en repitente nivel experto. El repitente crónico vive en un constante Déjà vu, ya que año a año es lo mismo, en cambio en amateur, aún tiene sentimientos encontrados respecto a serlo.
Repetir un curso implica un acontecimiento límite en la vida de un estudiante, ya que es esa instancia en la que te toca asumir las consecuencias de tus actos y hacerte cargo de tus errores, en este caso, el haber sido demasiado confiado o haberse aplicado poco en el estudio. Es por eso que cuando un alumno es oficialmente repitente en un curso y el rumor corre de boca en boca, aunque tus compañeros no lo digan, eres como el estudiante con lepra y con el que hay que evitar juntarse demasiado, para que no te pegue la “repitencia”.
Pero el escenario cambia totalmente cuando tus compañeros de curso pasan y tú no y te toca conocer al nuevo curso. Es ahí cuando eres tú el que lleva el sartén por el mango, ya que eres más grande y además ya viviste eso antes, entonces es algo así como hacer trampa, porque ya conoces de antemano más o menos lo que pasará. Es en este contexto que las cosas comienzan a ser favorables para el repitente, porque pasa de ser el flojonazo del que varios quieren alejarse, para convertirse en el referente y modelo a seguir de su curso nuevo. Es en ese momento que el que repite se transforma en el bacán de su curso nuevo.
El estudiante que repite y se transforma en el sujeto de admiración de sus compañeros nuevos sabe como manejar la información a su favor, ya que aunque poco y nada se aplique en lo académico, son esos pequeños detalles que recuerda los que usa para aparentar que sabe más de la cuenta y además, ya conoce a la mayoría de los profesores. Este repitente nunca admitirá que no estaba dentro de sus planes repetir, sino que más bien creará la ilusión de que él desafió al sistema y que básicamente no estaba ni ahí con repetir y que es una de sus hazañas de rebelión. Él se mostrará como un chico rebelde, valiente, desafiante y que está dispuesto a todo con tal de doblarle la mano al colegio, los profesores, los compañeros o a la educación.
Frente a sus nuevos compañeros, que son más pollitos que él, representa una imagen de seguridad y astucia, además de jugar el rol del estudiante con personalidad, algo así como el “líder de la manada” (aunque por dentro lleve como un gran secreto todos sus temores respecto a repetir nuevamente). Sabe que sus compañeros, que están cursando por primera vez ese nivel. sienten curiosidad respecto a cómo será esa experiencia y que para ellos el tener a alguien que ya pasó por eso les da seguridad, porque pueden controlar algo más sus dudas y miedos, ya que si le preguntan a ese compañero sobre ese mundo “nuevo y desconocido”, él podrá darles las respuestas que necesitan. Es aquí donde el repitente se aprovecha, ya que aunque no maneje la información al revés y al derecho, hará como que se las sabe todas y se convertirá en el mentor de sus compañeros.
Este chico además, aunque no sea muy bueno para los estudios, tiene el carisma para hacerse respetar y admirar frente a quienes lo conocen y también para ocupar el don de la palabra a su favor, para que todo lo que salga de su boca sea de interés para sus compañeros nuevos. Si el repitente canaliza mal su poder frente a sus compañeros, puede llegar a ser una influencia negativa, pero si aprende su lección y se esfuerza por ganarle la batalla a ese curso que lo hizo perder un año de su vida, puede dejar una gran enseñanza en aquellos que lo rodean. La verdad es que de él dependerá, ya que es quien tiene el control de la situación.
Es así como un repitente puede pasar de ser el impopular del curso a ese al que todos sus compañeros quieren seguir. De su astucia dependerá cómo logra ganarse a sus compañeros y además si quiere jugar el papel del chico malo y rebelde o el de porro rehabilitado, en búsqueda de desbloquear el logro de pasar de curso.