Tener pecas es una característica que no muchas personas tienen y te hace ser especial porque te identifican, sin embargo, cuando eres un auténtico pecoso, estas pequeñas marquitas se extienden por todo tu cuerpo y se transforman en una cualidad que requiere cuidados para no transformarse en un problema. Si eres un pecoso de corazón de seguro podrás identificarte con las 13 cosas que estás a punto de leer.
1. Tener que vivir usando grandes cantidades de bloqueador para que tus pecas no se multipliquen como Gremlins
Uno de los factores que te afectan es el sol y siempre haces todo lo posible para evitar que aumente tus pecas, ya que aparecen incluso cuando llevas el brazo apoyado en la ventana del auto, vas a la plaza un rato con tus amigos o tienes cualquier tipo de exposición a los rayos UV.
2. Inspeccionarlas regularmente para descartar signos de cáncer
Aunque suene exagerado tu exceso de pecas amerita que te preocupes de su forma, contorno, color y bordes para descartar cualquier anomalía peligrosa. Tu dermatólogo y tu mamá siempre son muy insistentes sobre este punto.
3. Ir con frecuencia al dermatólogo en busca de una solución para que dejen de aparecer
Aunque sabes que no hay solución no te rindes y mantienes la esperanza de que tu dermatólogo de cabecera te diga que existe una crema mágica para que tus pecas dejen de aparecer e incluso disminuyan.
4. Tener que contestarle a los niños pequeños que cosa son los "puntos en tu cara"
Incluso cuando tu eras pequeño tus compañeritos de kinder te preguntaban por qué tenías tantos puntos en la cara.
5. Sufrir cuando te das cuenta que se vuelven más oscuras con el tiempo
Mientras más te expones al sol, más pigmentación adquieren tus pecas y es realmente molesto porque se vuelve imposible disimularlas.
6. Odiar a la gente que dice "yo también tengo pecas" cuando apenas tienen unas cuantas en la nariz
Hay una diferencia abismante entre tener unos lindos puntitos en la nariz y ser un dálmata humano.
7. La decepción de ver como tus zonas libres de pecas pierden su pureza
Ya ni siquiera recuerdas cómo te veías antes de que las pecas te gobernaran, con cada verano estás más cerca de convertirte en una sola peca gigante.
8. Confundir la varicela, escarlatina y todas las enfermedades que involucran puntos rojos con tus pecas
La única solución que tenía tu mamá cuando eras pequeñito para diferenciar tus pecas de las pestes, era darse cuenta de si tenías fiebre y picazón, ya que todas las marcas eran parecidas entre sí.
9. Te han preguntado cientos de veces si las has contado
Tratas de ser amable al responder esta pregunta pero la verdad es que llega a ser molesto que alguien crea que tienes tiempo para andar contando tus pecas, además aunque quisieras sería imposible.
10. Te dicen a menudo que son tiernas
Siempre te sientes bien cuando te dicen eso, aunque te es imposible no pensar que serían mucho más tiernas si tuvieras solo unas poquitas y no montones por todas partes.
11. A veces piensas que si tuvieras dinero te las quitarías
Esto suele pasar en momentos de crisis como cuando quieres ocultarlas y no te resulta con nada, sin embargo, después te arrepientes porque sabes que son parte de tu identidad.
12. Cuando conoces a alguien con pecas inmediatamente te cae bien
Cuando encuentras a un pecoso te causa una buena impresión porque sabes que tienen mucho en común.
13. Aunque te causan muchos problemas, siempre las volverías a elegir
Tus pecas te encantan aunque te cueste admitirlo, le dan felicidad a tu piel y son una de tus características más especiales.