Desde pequeño nos han enseñado que el desayuno es el alimento principal del día. No obstante, debido a la vida ajetreada o falta de tiempo, muchos decidimos saltarnos esta comida y optar por algo menos nutritivo para saciar el hambre.
Sin embargo, este acto que muchos escolares acostumbran a hacer, estaría generando un fuerte daño en el rendimiento escolar. ¿Eres uno de los que se queja por no entender Matemáticas? o ¿te cuesta concentrarte? Preguntas simples, pero que muchas veces las respuestas están asociadas directamente al hecho de dejar a un lado el consumo de un completo desayuno.
Además, la ciencia avala esta teoría, pues se han realizado múltiples investigaciones con respecto a la relación de esta comida con el éxito escolar. Un estudio realizado por Kellogg's indica que no desayunar de buena manera genera debilidad, menor capacidad de atención, baja concentración y poca energía.
El valor de la cantidad de calorías que posee un desayuno no debe ser menor al 25% de lo que consumimos durante todo el día. Pruebas indican que cuando la ingesta de alimentos es baja se corre riesgo de padecer una hipoglucemia secundaria, que repercute en el comportamiento y rendimiento de los escolares.
Pero entonces, ¿qué debemos desayunar? Julia Álvarez, coordinadora del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, explicó que "la mejor opción es optar por un patrón alimentario equilibrado que, además, debe compartirse por todos los miembros de la familia. Los padres deben comer lo mismo que los niños. Es necesario cambiar las raciones y, en ocasiones, la elaboración de un alimento cuando los niños son muy pequeños, pero en líneas generales deberán comer lo mismo".
Cereales, leche y fruta: si quieres empezar bien el día no puedes dejar a un lado estos tres alimentos imprescindibles:
1. Cereal: galleta, avena, pan (integral), muesli, entre otros. Dotan de energía a tu organismo debido a su alto contenido de almidón.
2. Leche: yogurt, queso o cualquier otro alimento que tenga calcio y proteínas.
3. Fruta: frutos rojos, manzana, plátano o jugo de naranja. Es importante el consumo de estos durante la mañana, pues muchos de nosotros dejamos a un lado las frutas o verduras.
No obstante, una de las misiones más difíciles es acostumbrarnos a este método, pues para ser sinceros, durante la mañana estamos apurados y a veces de mal humor. El tiempo y el estrés hacen que no dispongamos de una buena comida. Es importante generar el hábito, el que se logra con la simple misión de ordenar nuestras ideas y acciones cotidianas.
No es recomendable reemplazarlo por algún alimento del quiosco que posea un alto contenido calórico. Rendir bien está a tu alcance, lo importante es tener disposición e interés de incorporar la rutina de tomar un completo y balanceado desayuno. A la larga te acostumbrarás. ¡Anímate!