Aunque hace tiempo que el sol nos hace sentir como si fuera verano, esta estación acaba de comenzar. El calor, el cielo despejado y las actividades playeras hacen que el verano sea la estación favorita de muchos, y también la hacen la peor época para otros. Pero aunque odien el verano, todos saben que hay muchas razones que lo hacen merecedor de todo el amor del mundo.
- La alegría en el ambiente. Los estudiantes están libres, muchos trabajadores tienen sus vacaciones y el calor muchas veces puede levantar el ánimo. Tenemos cosas nuevas que recibimos en Navidad, tiempo libre de sobra y doce meses por delante para poder flojear en las vacaciones, cometer miles de errores y ponerse las pilas más adelante. ¡Perfecto!
- Ir a la playa. El destino clásico del verano. En la playa suele hacer menos calor que en el interior, el mar está helado y hay un montón de panoramas. Además, el bendito Chile es tan angosto que sin importar donde se viva se puede llegar en pocas horas a la playa. Lo único malo es que si no estás cómodo con tu cuerpo a esta altura, podría ser un verano en la playa con casaca... ¡ya, filo! Es verano, ya no se puede hacer nada así que chao dieta.
- Viajar. ¿Hay algo mejor que viajar en verano? Claro que sí, viajar en un auto con aire acondicionado y un cooler para llevar agua helada, o ese viaje será la tumba de los pasajeros.
- Los deportes veraniegos, como el surf, la natación y el esquí acuático. Y mejor aún: ¡los juegos con agua! Es la época perfecta para atacar con una manguera o bombitas de agua a un amigo o al perro, o al gato si después de eso se quiere morir.
- Hacer nuevos amigos. El verano es una época genial para conocer gente en un contexto distinto al del resto del año, especialmente si sales a otras ciudades o pasas el día en la playa. Puedes conocer gente completamente diferente a ti y hacer miles de locuras con ellos, total lo más probable es que no los vuelvas a ver hasta quizás el próximo verano, para volverse locos juntos otra vez.
- Tener tiempo libre. El horario de un secundario es bastante estresante y no hay mucho tiempo libre disponible. Y eso es lo que hace tan bacán al verano: lo que más tienes es tiempo. Si no planeas salir ni a la esquina, te puedes quedar en tu casa viendo temporadas completas de series en un día, durmiendo más de lo normal, viendo tele y comiendo papas, haciendo caras en el baño o caminando en círculos por toda la casa.
- Los carretes. En verano las fiestas son especialmente geniales. De partida, hace tanto calor día y noche que no necesitar andar con una chaqueta en la mano, usándola y sacándotela dependiendo de si estas bailando o no. Un carrete perfecto no puede ser así. La noche veraniega es ideal para festejar, especialmente si es al lado de la playa, ¡aloha! O si tienes una piscina cerca y amigos listos para tirarse al más puro estilo videoclip gringo, ¡al agua pato!
- Los helados. En verano cambias tu té o cafecito por algo aún mejor: los helados. ¡Qué delicia! No hay verano sin un caballero gritando en tu oreja que vende helados de agua a $100 (o eso será en antaño, ahora a $200) de chirimoya, piña y chocolito. O sin una máquina de conos de helado, perfecta alternativa a los barquillos que son más caros. O si prefieres algo para beber, un jugo natural con frutas de la estación, un botella de agua mitad congelada o un cubito de jugo en bolsa, no hay nada mejor.
- Salir con los amigos. Si salir en verano es genial, es aún mejor salir con los amigos y amigas. Por eso todos tratan de subir a su mejor amigo al auto o echarlo en la maleta cuando se van de vacaciones con la familia. ¡Es que no hay nada mejor que estar con los amigos! Especialmente en verano: carretes, guerras de agua, hacer nada, echarle arena a los zapatos, nada es lo mismo sin un amigo.
- Trabajar. El verano no es pura diversión y relajo, también es el momento perfecto para trabajar y juntar plata. Puedes trabajar un mes y después irte de vacaciones con eso, o puedes trabajar todo el verano y quedar con el chanchito lleno para llegar con una mochila de oro en marzo al colegio. Igual puedes pasarlo bien mientras trabajas, imagina que vas a entregar una orden en el McDonald's y eres atacado por un enmascarado.
- Las piscinas. Con el calor que hace en verano, las piscinas se convierten en el mejor amigo de todo el mundo, especialmente de quienes están en ciudades sin playas ni lagos, y muy calurosas. Puedes nadar más fácilmente que en el mar, no quedas como un empolvado de arena al salir y no corres el riesgo de toparte con un cangrejo. Aquí pueden ver algunos lugares donde capear el calor en Santiago.
- Jotear. El verano es tiempo de jotes. Literalmente. El jote prefiere los lugares cálidos, sobre los que vuela en círculos inspeccionando sus posibles presas, hasta que identifica una y vuela a toda velocidad para saber si está o no muerta. Y ya, con menos dramatismo: el verano es la época en que todos somos jotes y zorros en descomposición. Jotes y joteados, adjudicaremos este comportamiento a la poca ropa, al calor insoportable y a los cuerpos que se han preparado todo el año por este momento.
- Los amores de verano. "Mi loco amor de verano sigue aquí, mi loco amor de verano no, no pudo olvidarse, yo sé que el año próximo estará junto a mi..." ay, el amor. Puede que el otoño, el invierno o la primavera sean las estaciones favoritas de quienes están en pareja, pero el verano le pertenece a los solteros. Puedes ir a conocer a todos los potenciales amores de verano, de la vida o una noche, con toda la libertad que sólo el verano otorga.
- La frescura del agua. Si estamos directamente bajo el sol en verano, lo más probable es que sintamos que nos estamos convirtiendo en chocolate derretido y lo único que nos puede salvar es un buen chapuzón. Tirarse un piquero o entrar corriendo al mar y chocar con una ola es lo mejor que nos puede pasar cuando estamos a punto de lanzar llamas por el cuerpo.
- La relajación. Si no tienes nada que hacer, ¿qué mejor que no hacer nada, relajarse y darse un tiempo? El verano te sirve para recargar las pilas después de un año agotador, y volver como nuevo a la lucha en marzo.
¡Larga vida al verano!
Imagen CC Bruna Benvegnu