Aún recuerdo cuando estaba con mis amigas encerradas fumando en el baño del liceo y luego de un silencio tenebroso, apareció la inspectora. Después de la gran impresión, más que miedo, me dio risa y no me la pude aguantar. Menos mal que no estaba sola, porque por mi burlona risa quizás me hubiesen expulsado del colegio.
Luego de negarlo hasta la muerte y de que una de mis compañeras utilizara todos sus poderes argumentativos, logramos disuadir a la autoridad para que no nos suspendieran pero igual nos mandó tremenda comunicación, pidiendo a nuestro apoderado presentarse al día siguiente, sino, no podríamos entrar a clases.
¡Auch! Mi mamá no fuma y de hecho, odia el cigarro. Me mataría de saber que fumo y además, ¡en el colegio! Así que después de mil horas de calentarme la cabeza, decidí conversarlo con mi tío, quien en ese tiempo tenía el mismo vicio de “echar humito”.
El reto y el castigo me los pude sacar de encima. Además, mi tío no le contó a mi mamá. Me salvé, porque ella es más brígida y hubiese pasado toda mi adolescencia golpeando con un tarrito las rejas de la ventana de mi casa. Al otro día, mi tío se presentó ante la inspectora del colegio. Él escuchó con calma y me miró feo un par de veces, pero después me contó que era porque así la inspectora se iba a sentir escuchada y no la iba a agarrar conmigo después. Finalmente, me mandaron a la sala.
Al recreo me junté con mis compañeras en el patio, muy lejos de los baños para no ser perseguidas y me contaron que fuimos acusadas. Pero en mi posición hippie y pacifista, les dije que nos pescaran, que dejáramos pasar el tiempo y que fumáramos fuera del colegio. No sé qué cara puse, pero me hicieron caso –de no cobrar venganza-. Quizás, mis palabras fueron más efectivas que la campaña antitabaco de Don Miguel se me cayó el carnet.
Por último, nunca más fuimos pilladas fumando, aunque la inspectora siempre trató de hacernos la encerrona de nuevo, jamás lo logró y más se picó. Pasé el resto de mi vida secundaria siendo nos retaba o castigaba por cualquier cosa que el grupo de amigas hiciera o fuéramos culpadas.