El gran sueño de todo estudiante: ser parte de una banda (sobre todo de rock). Este anhelado deseo de muchos jóvenes, a lo largo del mundo, ha hecho que muchas veces nos imaginemos parados arriba del escenario y exhibamos el talento artístico que tenemos. El colegio es la etapa ideal para formar una, pues el tiempo - a medida que crecemos - cada vez se limita más. Si tienes ganas de hacerla, ¡este es tu momento!, ¡no lo desaproveches!
Sea cual sea tu estilo musical, tómate en serio esta misión. Si tú no te crees el cuento, ¿quien lo hará? Es hora de que saques ese rockstar que llevas dentro, pues tendrás muy buenas experiencias, algunas no tan buenas y otras demasiado freak. Acá van algunas.
¡Te lloverán amigos! si crees que pasas mucho tiempo solo, o tu círculo amistoso es bien pobre y cerrado, ¡es hora de que apliques la música! También te traerá suerte en el amor. Pues, no hay nada más atractivo que ser parte de una banda. Y no son palabras al vacío, pues un estudio realizado por un profesor en la Universidad de South Brittany en Francia revela que los hombres que sostienen una guitarra resultan más atractivos. ¡No ves!
¡Ten cuidado! las bandas suelen desarmarse Muchas no duran tanto. No es que sea pesimista, pero hablando sinceramente: en el colegio solo queremos pasarlo bien, comer rico, salir con nuestros amigos, y si tienes el talento musical, crear un banda. Pero no todo es eterno, cuando terminamos esa etapa, nuestro subconsciente nos habla algo como: ¿qué será de nuestras vidas? y es en ese momento cuando inmediatamente pensamos que esto no es lo nuestro; algunos no le ven futuro, otros simplemente no les gusta y la toman como pasatiempo, y los que se quedan, pasan a ser los que el bichito de la vocación musical les ha dicho que "son para esto".
Siempre coincide que se encuentran todo tipo de personas. Algunos pertenecen a los que tienen talento pero - tristemente - no le ven futuro. Este es el típico mateo que es bueno para todo, pero que tiene muy claras sus metas: carrera profesional. A futuro será el clásico ingeniero, médico o abogado que cuenta casi como una anécdota que fue parte de una banda. No obstante, no lo niega, ya que siempre te hará ser interesante.
El otro tipo es el que se cree el cuento: a él no le importan los estudios, tiene muchos amigos y cuando el sol se esconde y sus ojos se cierran, empieza a imaginarse un futuro rodeado de fama, dinero y seguidores. Y como no, si cuando sientes pasión por algo, no hay quién te despegue de pensar en eso. Algo similar al amor. No obstante, necesitan el apoyo de sus demás compañeros y, como suele suceder, las bandas se desintegran.
También existe el conflictivo. Cuando piensas que todo está bien, aparece esta persona para discutir cosas inútiles y superficiales, y se encarga de crear un ambiente bastante freak: "¿qué haremos con lo que ganemos?, ¿por qué hay que ensayar tan lejos de mi casa?, ¡siempre toman decisiones sin preguntarme!, ¡No me gusta el nombre que le pusieron!, ¡Yo seré el vocalista!". Comentarios como esos abundan en este tipo de integrante, que en el fondo no le importa la banda, es casi un comodín, pero que seguramente nos traerá problemas... tranquilo, siempre son los primeros en irse.
Es obligación que haya alguien que se crea el líder. ¡Es inevitable! Es que las ganas de ser el mejor genera una cierta rivalidad que nos deja realmente ciegos. Podemos ser muy buenos amigos, pero siempre terminamos en un conflicto sicológico y competitivo. ¿O acaso me vas a decir que no te gustaría ser el mas admirado? es normal y suele pasar.
Hay veces que imaginamos conquistar a alguien que siempre hemos deseado, y ahora al ser parte de una banda, es el momento indicado para demostrar lo bueno que eres. Suena raro, pero muchas personas lo hacen pensando en eso. Y como no, si naciste bueno para la música, debes aprovechar los beneficios que te da.
¡No dejes atrás tu talento! si te gusta la música y aún no lo haces, este es el momento preciso. No importa si no eres muy bueno en eso, tienes que pensar que la vocación mueve montañas. ¡Buena suerte!