Eugenia Díaz inscribió a su hijo en primero medio en el Colegio Nuestra Señora del Huerto, en la comuna de Quillota. Los médicos que trataban su déficit atencional, le recomendaron que cursara toda su enseñanza media en un mismo establecimiento, para que así lograra una estabilidad emocional y social.
Durante el primer semestre del 2013, los promedios rojos y las anotaciones negativas se hicieron cada vez más frecuentes, por lo que el colegio decidió cancelar la matrícula para el siguiente año.
Luego de varios intentos, el colegio revocó la medida y le dio una nueva oportunidad, pero con la matrícula condicional extrema y sin posibilidades de tener una evaluación diferencial producto de su déficit atencional.
El pasado 24 de abril, Eugenia decidió llevar el caso al Ministerio de Educación, ya que en el reglamento se explicita que los colegios están obligados a entregar facilidades a los alumnos que tengan esta patología diagnosticada. Por este motivo, el organismo le dio la razón.
Por su parte, el Segundo Juzgado de Letras de Quillota determinó que la medida que tomó el colegio violaba el artículo 4 del Decreto Exento N° 112 del Ministerio de Educación. Además, por catalogar la condicionalidad extrema del alumno resolvió aplicar la Ley Antidiscriminación multando al colegio a pagar 20 UTM, más o menos 870 mil pesos.
La directora del establecimiento, Hermana Ofelia Rausch, declaró a La Tercera que "el colegio ha tomado siempre todos los resguardos para evaluar de manera diferenciada a los estudiantes que presenten algún grado de déficit atencional", por lo que apelarán al fallo.
En su reglamente, el Colegio Nuestra Señora del Huerto, contempla seis métodos diferentes para tratar casos de déficit atencional, como evaluaciones orales, entregar más tiempo para rendirlas o separar la prueba en diferentes partes o días.
Según un estudio publicado en el 2011, la media de Chile en déficit atencional es de 10,3% y el promedio mundial es de 5%, por lo que expertos en la materia aseguran que el sistema está preparado para abordar casos de alumnos con esta realidad.
Ahora Eugenia está tranquila, su hijo abandonó el colegio, pero afirma que su denuncia servirá para otros apoderados que se vean en esta misma situación y podrás tener un precedente para llegar a la justicia.
Fuente: La Tercera | Imagen CC Benjamín Mejías