Fumar en el colegio es casi como una tradición que muchos escolares tienen. Esconderse en los rincones más recónditos de nuestro lugar de estudios, es una experiencia que varios hemos vivido, quizás como un acto de rebeldía, pero siempre disfrutando esa adrenalina de poder ser pillados por algún profe.
Los baños son el clásico lugar donde se va a fumar. Igual nunca entendí porque varios de mis compañeros iban ahí, si es obvio que el olor queda encerrado entre cuatro paredes, y no pasa piola para nada. Después, al rato iba la directora a cada sala, pegando un grito al cielo: ¡¡¡¿Quién estuvo fumando en el baño???!!! Y ahí quedaba la embarrá.
De las pocas veces que yo fumé en el colegio, lo hice detrás del gimnasio, ya que era súper piola y nunca nadie cachaba. Reconozco que si fumaba era sólo por pintar el mono, porque en realidad hubiese aguantado demás hasta la salida de clases, camino a mi casa. Hoy más que nunca me doy cuenta, ya que hoy no fumo y sé que si hubiese querido dejar el cigarro en esos tiempos, hubiese podido demás.
En mi colegio, cuando pillaban a algún alumno fumando, lo primero que hacían era suspenderlo por el día completo, y llamar a los papás para tener una “reunión seria”, y así evaluar la situación.
Yo encuentro que fumar en el colegio es algo realmente innecesario. No creo que el vicio sea tan grande como para no aguantar unas cuantas horas sin fumarse un cigarrito, y tener que recurrir a la “clandestinidad escolar”, y buscarse un lugar piola para fumar.
La cosa está en tener fuerza de voluntad, y querer ser una persona más sana, en vez de tentarnos por los compañeros que nos incitan a fumar a cada rato, como si fuese una necesidad vital, siendo que sólo nos daña y nos vuelve dependientes de uno de los vicios más nocivos que existen.
Y tú, ¿has fumado alguna vez en el colegio? ¿Qué opinas de este vicio?
Fumar en el colegio es mega posero
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Secundarios