Tener padres estrictos es toda una ciencia: hay que aprender a convivir con las constantes amenazas de que si no obedeces las reglas te van a retar, con las burlas de tus amigos cuando tu madre te llama enfurecida porque te atrasaste unos minutos… en fin, parece que se les olvidó que ellos también fueron hijos. Estas son solo algunas situaciones (de las miles que podríamos contar) que van a entender muy bien los tienen padres estrictos.
1. Siempre eres el primero que se tiene que ir de las fiestas. Incluso cuando es tu propio cumpleaños tus padres te ponen un límite de hora que debes cumplir y pobre de ti si te pasas de ese límite…
2. Pedir permiso para ir al paseo de curso o a quedarte una noche en casa de un amigo requiere de días de preparación mental, ensayos frente al espejo y presentar al amigo a tu padres, con papel de antecedentes y todo, además de un contrato notariado de que no vas a tomar alcohol ni consumir ninguna sustancia ilícita.
3. Cualquier plan espontáneo que hagan tus amigos está fuera de tu alcance porque sabes que a tus padres (amantes de la burocracia) tienen todo un procedimiento regular para dar permisos, y no dura menos de dos o tres días.
4. Sabes que tienes que esperar a encontrarlos de buen humor si quieres pedirles autorización para algo porque conoces de memoria sus reacciones cuando están en mala. Al final te vuelves un sicólogo experto en el análisis de las reacciones humana, y eso puede ser muy útil… en algún momento.
5. Mientes mucho. Aunque suene feo, tanta represión tiene sus consecuencias. La típica es la de “estoy en casa de Juanito” (Juanito = amigo conocido en el que tus padres confían) cuando en realidad estás en casa de Pedrito (Pedrito = amigo mala influencia que tus padres consideran equivalente al diablo).
6. En conversaciones con familiares siempre se habla de cómo van las cosas en el colegio o qué quieres estudiar cuando vayas a la U, nunca sobre tus amigos o sobre el pololeo. Según tus padres tu no tienes vida social, así de simple.
7. No se te pasa por la cabeza ponerte un piercing o teñir tu pelo porque sabes que eso sería condenarte de por vida. La “ley del hielo” es poco comparado con lo que te podría pasar si te atreves a cambiar de estilo, y lo sabes.
8. Alguno de tus papás siempre se ofrece para acompañar a tu curso en las salidas a terreno porque así puede vigilarte de cerca. Acuerdate que no se mueve una hoja sin que ellos lo sepan.
9. Tienes mucho cuidado al hacerle bromas a tus padres porque sabes que un paso en falso puede significar que te manden a tu pieza en menos de tres segundos.
10. Llevas años planificando rebelarte contra tus padres, arrancar de la casa y vivir la vida que no te han dejado vivir, pero tranquilo en algún momento se les pasará y cuando seas más grande podrás reírte de esto e intentar no hacer lo mismo con tus hijos.