Según mis experiencias, existen dos clases de profes reemplazantes:
El preparado: Sabes que este profe llegará, puesto que te avisaron que al maestro “titular” no vendrá por un tiempo, ya sea porque está a punto de dar a luz, porque se va a operar, porque se ganó una beca y se irá por un tiempo, etc.
Puede ser un novato/a, como un profe con experiencia. Si es novato, los alumnos se aprovecharán de esa persona, porque no los conoce y harán lesa a este profe en más de una oportunidad. Si tiene experiencia con el curso, la verdad es que no cambia nada de como venía antes.
El inesperado: Si un maestro falta por un día o dos, esta es a la persona que ponen de parche o para salir del paso. Su primera pregunta es: ¿qué materia estaban viendo?, e intentará (la palabra clave es “intentar”) retomar los contenidos.
Una vez nos hizo clases el director y se le notaba que estaba medio oxidado con los contenidos, y como que intentaba recordarlos (no con mucho éxito), pero les aseguro que fue una clase tranquila, puesto que... bueno, era el director. Nadie sería tan imbécil para desubicarse con él.
Otra vez, fue el inspector quien tuvo que hacernos la clase y pasó algo parecido que con el director. Esa vez nos desordenamos y los que estábamos atrás empezamos a conversar, mientras el inspector escribía en el pizarrón… y nos reíamos bastante, porque a cada rato decía: “¿cómo era esto?…a ver… ahhhhh si…no, no es así, ¿quién me presta un libro?”.
Lo peor es cuando estos profes contradicen al maestro “titular” o enseñan mejor. Porque se produce un conflicto, en los que los alumnos no tenemos voz ni voto, todo pasa por dirección. Una lata.
¿Ustedes tienen una historia con un profe reemplazante?, cuéntela en los comentarios.
Imagen CC vía Wikimedia