Estábamos en el aniversario de nuestro colegio y típico que se conforman alianzas, era nuestro último año en la enseñanza media, nuestro objetivo era ganar. Es así como comenzamos a prepararnos y tuvimos que preparar algunos números, una de nuestras compañeras creó una rutina donde aparecerían la mayoría de los compañeros del curso bailando, a uno de ellos le tocó vestirse de “Tony Esbelt” el personaje que realizaba Mauricio Flores en el Morandé.
Al comienzo no estaba tan convencido de realizar el show, era de los típicos compañeros pelusones, pero que no se prestaría para que todo el colegio lo viera, de a poco fuimos convenciéndolo para que realizara la tarea, total era el último año y nadie más lo vería en el colegio, con el pasar de las semanas iba tomando más confianza y aprendiéndose la coreografía, a su vez tres compañeras se encargaron de fabricarle el traje correspondiente (Pura ropa hecha con pantis, lo cual sería un disfraz muy apretado).
Bueno llega esa semana del aniversario cada uno con sus labores designadas, el problema surgió cuando este compañero (Pablo) comenzó nuevamente a pensar bien el ridículo que haría y nos decía que no lo haría, nuevamente lo convencimos, esta vez diciéndole que le pagaríamos si todo salía bien, así que acepto la propuesta y volvió a ser nuestro “Tony Esbelt”, además sólo debía realizar un simple baile.
Ya era el día final, íbamos en segundo lugar en la tabla general, eran cuatro alianzas. Llega el turno de la coreografía, primero salen dos compañeros, uno de Michael Jackson y otro de Elvis Presley, luego aparece el típico YMCA, Locomia y por último nuestro compañero acompañados ahora de todos los mencionados anteriormente. Debo admitir que se la jugó y apareció vestido en un traje de panti frente a todo el colegio, todo iba bien hasta que ocurrió una anécdota que hasta el día de hoy recordamos, en un movimiento donde es tomado por dos compañeros y elevado al mejor estilo de Raffaella Carra, al ser bajado y este darse vuela y agacharse dando la espalda al público, un sonido enmudeció a todos los espectadores, su pantalón se había rajado y con esto dejando ver toda su humanidad a los asistentes, quienes no lograron aguantar la risa y explotaron, hubo gente que llegó a llorar, y nuestro compañero no supo que hacer sólo salir corriendo. En ese momento no sabía donde esconderse ni que decir, nosotros le dijimos que daba lo mismo que solidarizaríamos con él y nos tomaríamos una foto a poto pelado, algo que nunca hicimos y que ya había pasado.
Hasta hoy es recordado como el “poto pelado”, pero él se lo toma con humor y dijo que a todos en la vida les va a pasar algo similar, así que no se hacía problema, claro durante los días que quedaron de clases ese año no pasó un día que no lo molestaran, incluso los profesores lo agarraron para la chacota.
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