Por muy sociables que seamos y por mucho que nos guste andar aclanados con las y los yuntas, hay momentos y lugares en los que necesitamos soledad porque la intimidad es algo muy importante.
El "trono" es por excelencia ese lugar sagrado dónde uno no admite ni a una mosca y es típico que en baño ajeno nos volvemos más tímidos, más cohibidos y, es justo en el lugar menos indicado pasa algún desfortunio que nos hace pasar tremendo papelón. A continuación los 5 problemas más comunes que nos hacen haber querido tener más firme el control de esfínter.
1.- Verano + calor: a una botella en la mano llenita de agua, el problema es que por lo general olvidamos las consecuencias que conlleva estar como pececitos de Dios bebiendo, bebiendo y volviendo a beber. De pronto te vienen las ganas incontenibles de descargarte y no hay nada más que casas o edificios a tu alrededor. Para los hombres claramente la solución es más fácil, pero cuando a es a una mujer la cosa se vuelve más complicada, hacer pipí en la calle para muchas no es rollo, pero cuando es plena ciudad con el sol quemando, la búsqueda del autito que nos refugie se vuelve más compleja y entre el desespero da igual que ahora todos tengan celulares con cámara y registren ese lindo momento de liberación.
2.- Para quienes son más cuátic@s y maniátic@s el pestillo en los baños es un elemento fundamental para poder hacer las necesidades biológicas básicas con total calma, incluso cuando no hay nadie en la casa. Poner la patita en la puerta o afirmarla con la mano soluciona en parte esto, pero no nos da total libertad para hacer tranquilos, pero filo cómo tan mala suerte que en el baño del local donde la fila llega a la entrada y tod@s cachan que los baños están ocupados alguien te abra la puerta. Te bajas los pantalones y llega alguien de manera poco sutil, te abre la puerta y ya no hay tienes nada que ocultarle a la montonera de gente que acaba de verte.
3.- En tercer lugar lo más típico de todos, la falta de papel confort. Que suerte que esto suceda cuando hacemos del uno y pasa esto que con un tiritón de la muerte se soluciona rápido, pero que mal que nos pille cuando hacemos del 2. Buscar y buscar, un cuadradito podría servir, pero finalmente son los calcetines, calzones, calzoncillos, arrugar bien una hoja de diario, las hojas más grandes de los árboles cuándo esto pasa al aire libre y hasta pasto ha sido útil al momento de buscar con que limpiarse.
4.- Muchas comidas provocan hinchazón, los porotos o la coliflor son las que más se resienten en el cuerpo. Cómo dice Américo, "que levante la mano" a quién no le pasó que cuándo estamos en el baño del colegio o de un restaurant, y entre tanto relajo se nos escapa un gas inusualmente sonoro en el momento en que hay más gente ahí. No querer salir del baño en ese momento es lo primero que se te ocurre, pero decides levantar la frente y salir del cubículo como si nada hubiese pasado, haciendo como que ese olor que sale no viene de donde venías tú, sino que del baño que esta al lado tuyo.
5.- Y en último lugar lo más temido por todos: estar en la casa de otra persona y que la comida te haya caído mal. Ya el ir al baño en ese momento requiere de un gran coraje, va todo bien, no falta papel, no falta desodorante ambiental, pero hay un pequeño detalle extra: la cadena está mala, o peor aún, ¡el baño se tapó! Miras desesperado buscando el sopapo y no resulta, entonces insistes hasta que después de media hora abres la puerta un tanto cansado y despeinado, nada de lo que digas sirve así que mejor no dar excusas por la demora.
Ya saben chic@s, esto le puede pasar a cualquiera así que a relajarse y dejarlo fluir, total en el baño somos iguales.