Sin duda, decidir qué estudiar es una tarea complicada. El dicho popular dice que es más fácil entrar a la universidad que mantenerse. Aunque no lo creas, cambiarse de carrera en primer año es algo bastante común. En ello pueden interferir diversos factores que te harán querer salir corriendo de esa facultad. Pero no te preocupes, éste es un proceso normal. Lo importante es que pienses bastante bien lo que quieres hacer para el resto de tu vida antes de tomar una elección apresurada.
Los factores de cambio pueden ser muchos, de hecho algo bastante recurrente es que al pasar de los primeros meses te das cuenta que por más que estudias, tus notas no lo reflejan. Encuentras la materia difícil o simplemente no la entiendes, o peor, sientes que sabes mucho pero al momento del examen fracasas. Si empiezas a echarte muchos ramos, esto puede convertirse en una sensación angustiante, más todavía si no quieres salir de la U cuando tengas 40.
Otro punto interesante es la vocación. Seamos sinceros, la mayoría quiere estudiar teatro, música, literatura o arte, y el problema es que la familia se opone. Es por esto que la mayoría termina escogiendo una carrera en consenso con lo que quieren los papás. No es ni tu primera ni segunda opción, sino que la opción de todos. El problema de la presión familiar es que terminas eligiendo algo apurado y que no te motiva completamente.
Por eso, tienes que ser honesto contigo, hay cosas para lo que eres bueno y otras para las que simplemente no das pie con bola. Es común que cuando chicos todos quisimos ser astronautas, sin embargo, a menos que tengas un IQ como el de Sheldon Copper, tus posibilidades son mínimas. El autoconocimiento es un factor más que clave en la elección de tu carrera.
Algo que debes analizar bien es el porqué quieres estudiar una carrera en particular. Si tu respuesta es, por ejemplo, el sueldo, puede que tengas que replantearte las cosas ya que puede resultar ser un factor muy relativo. Como dicen, la plata no lo es todo.
Además, debes pensar en que trabajar en algo que no te gusta por los próximos sesenta años puede llegar a ser algo espantoso. “Estudié tres años Ingeniería Comercial por las lucas. Sin embargo, cada día era peor levantarse, ya no podía seguir mintiéndome: simplemente no me gustaba. Entonces opté por cambiarme a algo que sí me llenaba, y ahora estoy feliz”, comenta Andrés Rencoret, estudiante de Psicología.
No te equivoques, siempre hay tiempo de retroceder y cambiar tus decisiones. Nada es definitivo en la vida, si no estás segur@ de qué carrera escoger, convérsalo con tu familia y busca una solución pronto. Puede que estés en una pequeña crisis vocacional, que con un poco de ayuda superarás para encontrar tu verdadera vocación. Recuerda que nunca es tarde.
Y tú, ¿sabes qué carrera estudiar?