La discusión sobre si es legítimo que los estudiantes paguen o no pasaje en la locomoción colectiva no es nueva. Ya en 1949 habían manifestaciones por el alza que efectuó el entonces presidente, Gabriel González Videla, quien subió una “chaucha” el pasaje ($20 centavos).
Las manifestaciones fueron reprimidas violentamente y al menos murieron cuatro personas en los enfrentamientos de la denominada huelga de la chaucha.
El que los estudiantes “gocen” de tarifa rebajada es cuestionado constantemente debido a que no son personas productivas, es decir, no generan ingresos en las familias. Esto, sumado al encarecimiento de la vida, puede significar que un adolescente deje de ir al colegio, escuela o liceo.
En Santiago el pasaje escolar es de $190 desde el año pasado, pero el pasaje de un adulto puede llegar a $670 en metro en hora punta. Tomando en cuenta el número de miembros de una familia promedio en Chile, que por lo demás debe vivir muchas veces con un sueldo mínimo de $193.000 , la suma no es menor.
Es por este motivo que las demandas de pase escolar todo el año, rebaja de pasaje escolar o no pago de pasaje por parte de los estudiantes, se ha instalado desde hace años en los petitorios de las movilizaciones.
Aún así, muchos han tomado cartas en el asunto y desde la puesta en marcha del Transantiago han decidido no pagar su pasaje, ya sea por un acto de protesta, porque las lucas escasean o simplemente porque no quieren.
Algunos argumentan que el servicio es malo, que no merece ser pagado, que al no pagar no se le quita dinero a los choferes, quienes sólo realizan su trabajo, sino que a los grandes empresarios, dueños del sistema de transportes de la capital.
Cuestión de ética o no, no deja de ser controversial que en un país como el nuestro los estudiantes deban pagar pasaje cuando el ingreso de la mayoría de las familias es tan bajo. En estas condiciones de vida, el pasaje escolar debiera ser incluido dentro de los derechos de los niños y adolescentes, de la misma forma como es una obligación para sus padres enviarlos a sus establecimiento educacionales.