Para muchos, estudiar para una prueba trae consigo un poco de estrés, lo que se acentúa cuando se trata de pruebas coeficiente 2. Es decir, la nota que te saques valdrá el doble, tal como si hubieras obtenido la misma nota dos veces en una prueba común y corriente. En otras palabras, una buena nota te podrá ayudar enormemente y te permitirá subir el promedio, mientras que una mala, por el contrario, podría hundirte aún más. Entonces, ¿cómo puedes prepararte correctamente para este tipo de examen? En primer lugar, algo que siempre resulta muy útil es que averigües cuál es el tipo de memoria que va mejor contigo. Según la teoría de la Programación Neurolingüística (PNL), existen tres tipos de memoria: la visual, la kinestésica y la auditiva. Cada persona tenderá hacia una de ellas lo que repercute en diversos aspectos, incluyendo el estudio.
Por ejemplo, una persona con primacía de la memoria visual se beneficia con los resúmenes, los esquemas conceptuales y los mapas. Si este es tu caso, puedes privilegiar este tipo de técnica de estudio.
Para quienes les predomine la memoria auditiva, será de gran utilidad repetir en voz alta. Se trata de personas que se expresan preponderantemente de manera verbal, y necesitan escuchar más para retener la información. Un audio grabado de la clase podría ser de gran ayuda, y para estudiar será especialmente bueno, hablar de la materia y repetir algunos conceptos claves en voz alta.
Mientras que la memoria de aquellos denominados kinestésicos se caracteriza por utilizar todos los sentidos. Para memorizar o estudiar se verán potenciados con la repetición de un movimiento, escribiendo un resumen o hacer un mapa conceptual. En resumen, todas las técnicas podrían colaborar con este tipo de memoria.
Otro aspecto importante a considerar, es el tipo de materia y de prueba. Por ejemplo, si se trata de una que estará basada en alternativas, se pueden trabajar estrategias de memoria. Recordar iniciales o incluso inventar una canción puede ser de gran ayuda. Mientras que si se trata de una prueba de desarrollo, lo mejor será trabajar en resúmenes, esquemas y comparaciones. Por otro lado, si se trata de una prueba global, no es bueno dejar hacia el final el resumen de la materia, sino que esto debe ser realizado desde el principio del estudio.
En cuanto a pruebas de ramos científicos, es importante entender la teoría bien y luego hacer muchos ejercicios. Una vez que hayas terminado, incluso es bueno hacerlos de nuevo. En cuanto a las asignaturas humanistas, lo más adecuado es leer y reflexionar harto. Resumir este tipo de materia te permitirá ocupar tus propias palabras para explicarla.
Más allá del tipo de memoria y prueba, en general, recuerda la importancia de contar con buenos apuntes. Si una prueba coeficiente 2 se acerca y no los tienes, trata de conseguírtelos con algún compañero ya que “la posibilidad de recordar una idea con posterioridad a su exposición se duplica cuando esa idea ha sido antes anotada". Así concluyó un estudio que verificó que los alumnos tenían 50% de posibilidades de recordar la información durante un examen, si había sido previamente anotada.
Por último, recuerda que una prueba coeficiente 2 también puede ser una prueba como cualquier otra, pero siempre preparándola tomándole el peso que tiene. Más que asustarte, puedes verle el lado positivo y considerarla como una oportunidad para sacarte una doble buena nota y así subir tu promedio.
¿Y tú como te preparas para las pruebas coeficiente 2?