Uno de los más típicos mitos de terror latinoamericanos, sobre el espíritu de una mujer que llora desconsoladamente y atemoriza a la gente con sus sollozos. La versión chilena se centra en una madre que llora por sus hijos que fueron asesinados y guía a los muertos hacia el más allá. ¿La conoces?
La Llorona chilena, conocida también por la Pucuyén (de cullen, lágrima, y pu, plural), es uno de los personajes femeninos más característicos del folklore. La leyenda es conocida desde la región de Atacama hasta Chiloé, en la zona meridional de Chile. Si bien la historia varía en el continente, con versiones en México, Colombia, Argentina, entre otros, todos tienen un punto en común: una mujer que llora eternamente la muerte de sus hijos.
Cuenta la historia que una mujer fantasmal, alta y vestida de blanco llora eternamente la muerte de sus hijos, que se los arrebataron cuando eran muy pequeños y fueron asesinados. Ahora es la guía de los muertos, que con sus pasos y sollozos indica el camino que debe recorrer el difunto desde el mundo terrenal hacia el más allá. Llora como plañidera por los familiares y amigos del recién fallecido, para que puedan consolarse más pronto de la pérdida. Sus lágrimas atraen el alma del deudo y, con eso, evita que el muerto venga a penar a la familia a la tierra, disconforme por la poca pena y muestras de tristeza de sus seres queridos.
Con su enorme cantidad de lágrimas, forma un charco cristalino que indica a los familiares del deudo el lugar excato del cementerio donde debe abrirse la fosa para enterrarlo. Si esto llega a suceder, debe usarse toda la tierra necesaria para cubrir completamente el féretro. En caso contrario, antes de que pase un año, un familiar del difunto morirá.
Sin embargo, no todos pueden ver a esta misteriosa mujer, ni a su traje blanco, menos a sus lágrimas. Solo la puede ver gente que esté cercana a la muerte, algunas personas con habilidades especiales, como las Machis o los Calcus, y animales de sentidos agudos, como los perros, que aúllan desconsolados ante su presencia. Se dice que si uno quiere verla, puede frotar sus ojos con lágrimas de perro. Sin embargo, si no se está preparado y el corazón de la persona que la mira no es firme, la imagen será horrorosa. Podría producirle locura y muerte.
Aunque su misión guiando a los muertos es pura, tiene su lado cruel. Como castigo por su descuido que la llevó a perder a sus hijos y para aminorar su propia pérdida, roba los hijos de otras madres, confundiéndolos con los propios.
La Llorona y el Diablo
En Valparaíso, una mujer, sin saberlo, se casó con el diablo pensando que era un hombre bueno. Un día, llegó su esposo y la comida no estaba preparada. Mientras ella salió a comprar lo que le faltaba para cocinar, su marido no aguantó el hambre. Mató a sus hijos y se los comió.
Cuando llegó y se enteró de lo ocurrido, lloró desconsoladamente, haciéndolo continuamente durante todas las noches. Un día, el diablo se aburrió de sus sollozos. La amarró a la cama con cadenas, y la mató enterrándole una estaca en el corazón.
Desde ese día, vaga por las calles de la ciudad llorando a sus hijos muertos y arrastrando las pesadas cadenas.
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Mito pre Halloween: La Llorona chilena
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por
Alicia