Creo que todos tenemos un amigo o familiar medio apegado a la mamá, que le consulta todo, que comparte mucho con ella o que le pide ayuda para todo… un malamente llamado “pollerudo”. Esos que son blancos de todas las burlas y risas, que son molestados por ser “mamones”, muy sensibles o hasta llorones.
En esta sociedad ultra machista, ser un “pollerudo” es mal visto, es criticado y juzgado, y por lo general se les discrimina por su personalidad. Seguro que varios le gritaron a un compañero “es niñita, es niñita” y los de otras generaciones hasta nos reímos de Iván Zamorano cuando con orgullo hablaba de las cazuelas que le preparaba su mamá.
Y para los de esta generación, hace no mucho Nestlé lanzó un comercial de su Yogur + Chocapic, donde aparecía un niño acordándose de su mamá, porque le preparaba su colación con dicho producto, y recalcándole al profe que ser apegado a ella, no es del todo tan malo. Como vivimos en un país machista, claramente el video se transformó en un viral, pero con una serie de burlas al pobre chiquillo.
Y este tema viene porque un estudio realizado por Kate Stone, del periódico New York Times, viene a confirmar que este tipo de hombre no son tan debiluchos como parece, y que finalmente, es bueno poseer este tipo de características.
El estudio arrojó que estos chiquillos tienen muchas buenas características, envidiables por cualquiera. Por ejemplo, los niños estudiados tenían mejor salud mental y física que sus compañeros de la misma edad (12). En ese sentido, eran más seguros emocionalmente, lo que les ayudaba a enfrentar situaciones de estrés, que finalmente es clave para un buen desarrollo de la vida en términos generales.
Lo anterior los hacía mucho más empáticos, es decir, tenían mucho más capacidades para ponerse en el lugar de otras personas, lo que no significa que por ser más sensible de entender a otros los haga más llorones o “mariquitas”, sino que han desarrollado una inteligencia emocional más grande que los ayuda a entregar respuestas más adecuadas a ciertas situaciones.
Además, tienen un mejor desempeño. El estar más en contacto con sus sentimientos, lo que les ayuda a manejar mucho mejor sus estudios, también desarrollan eso hasta su vida laboral, lo que los hace personas mucho más exitosas.
Así que ya saben, no se burlen tanto de sus amigos o familiares mamones o pollerudos, y mejor aprendan un poco más de ellos, a ver si se les pega un poco ese espíritu que los hará mejores personas. Y cuando alguien parta con un “es niñita, es niñita”, recuerden algunas de las cosas que mencioné anteriormente. Creo que para la próxima hasta yo deberé morderme la lengua después de haber escrito esta nota.
Y ustedes, ¿tienen algún compañero o familiar que sea tratado de pollerudo o mamón?, ¿qué cosas les dicen?, ¿cómo reaccionan ante las burlas?
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“¿Quién dijo que ser mamón es malo? ¡Es bacán!”
Publicado
por
Claudia Silva