Hace unos cuantos años, se habló mucho sobre la ley que prohibiría toda venta de golosinas al interior de los colegios chilenos. Esto, con el objetivo de incentivar la buena alimentación de los niños y adolescentes del país, quienes cada vez son más dependientes de la comida chatarra y de todo lo que tenga grasa y provoque la obesidad.
La promoción de alimentos saludables en los colegios, ha resultado muy difícil. Uno de los mayores propulsores de esta idea, ha sido el senador Guido Girardi, quien en reiteradas ocasiones se ha mostrado a favor de que se deje de vender “comida chatarra” a los estudiantes. El 17% de los niños en edad escolar, sufren de sobrepeso, por lo que esta medida, sin duda, sería una buena manera de disminuir esa cifra.
Pese a que este proyecto ley nunca se ha oficializado, existen varios colegios que han llevado a cabo la práctica de restringir alimentos del tipo “papas fritas”, “bebidas”, “galletas”, etc; optando por la incorporación de otro tipo de alimentos que contengan menos calorías y azucar, y que eviten que los alumnos se tienten en la hora de colación o de almuerzo.
Mi hermana, que todavía es estudiante del colegio en el cual yo estudiaba, me ha contado que los kioskos ya no son como en viejos tiempos, y que lo único que venden en estos son galletas dietéticas, jugos o agüas minerales. Recuerdo que yo en mis recreos, solía comprarme unos doritos de queso o unas papas lays, y en el almuerzo, cuando no llevaba comida desde mi casa, iba al casino y me compraba un enorme completo.
La razón por la cual esta ley aún no entra en vigencia es, principalmente, porque se necesita de la autorización del Sesma. Sin ésta, los colegios están en todo su derecho de seguir vendiendo cuantas golosinas quieran, a pesar del apoyo que muchos establecimientos tienen ante el hecho de instaurar los llamados “kioskos saludables”, en los cuales sólo se pueden vender alimentos bajos en calorías.
Va a costar mucho acostumbrar a los niños y adolescentes a dejar de comer tanta chatarra, pero considero que, al menos evitando la tentación de tener un kiosko incluso dentro del colegio, se podría incentivar a la disminución de la obesidad infantil y juvenil.
¿Qué opinas de que no se vendan golosinas al interior del colegio? ¿Apoyas la idea?
Golosinas en el colegio: el estimulo a la obesidad juvenil
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