Cuando sales de casa y te das el primer clavado -o panzazo, dependiendo de la carrera- en el mundo estudiantil, es normal que tus padres y/o familiares quieran acompañarte dentro de todo el proceso. Eres, tal vez, el primero o el más pequeño en aventurarte al espacio de lo académico: hay expectativas y promesas que cargan tus hombros y, sobre todo, un montón de cosas domésticas que se sabe harás por vez primera. Así que claro, resulta normal que hayas armado un grupo en WhatsApp para consultas varias y actualizaciones sobre tus periplos ya sea de la vida en solitario, con amigos o simplemente rodeado de las 40 fotocopias que debes leer para mañana.
Por ello, y para que no te sientas solo/a cuando notes que te dan ganas de lanzar tu celular al vacío porque ha sonado todo el día, es que mencionamos estos 13 puntos donde seguro que un par harán que asientas con la cabeza en señal de "¡Oh! ¿No soy el único/a?". Allá vamos:
1. Padres y su incompatibilidad con el uso de emojis
Nunca comprendí cómo alguien que supo descifrar las primeras abreviaciones y, tal vez, el código morse, no entiende que el emoji del camarón frito repetido 10 veces tal vez no es muy apropiado cuando le cuentas que reprobaste un ramo. Es como si simplemente quisieran rellenar el espacio, coloreando con "monitos".
2. LAS MAYÚSCULAS
Este asalto visual, como un golpe en la retina, es común en aquellos miembros mayores de la familia. Es como si en vez de llamarte por celular y tener el volumen a tope quisieran recordarte de manera gráfica que "ES SUPER IMPORTANTE RECORDAR QUE LA ROPA A COLOR SE LAVA POR SEPARADO, HIJA"... Paciencia, lo hacen con cariño. Son enervantes, pero con amor.
3. El audio más largo del mundo
La fugacidad y brevedad en la comunicación era una de las características claves de medios como WhatsApp. O al menos lo era hasta que llegaron tus familiares, quienes parecen tener el dedo fundido al micrófono durante audios insoportablemente largos. ¿Mi recomendación? Escucharlos en la ducha.
4. Sub-conversaciones
Como fundador/a del grupo, tal vez quieras recordarles a los miembros del mismo que su uso es principalmente para noticias importantes, mas no para que tu padre se ponga a discutir con tu hermana sobre el actual paradero de las llaves del auto. ¡Para eso están las conversaciones individuales, señores!
5. Bienvenido al servicio técnico
Si hay integrantes que hayan pasado un cierto rango etario, se recomienda armarse de paciencia para una retahíla de preguntas que van desde "Hija, ¿cómo me saco una selfie con este celular?" hasta "Dice tu tía que te va a agregar a esa cosita donde se puede hablar por cámara. ¿Cómo se llama?" (Si mamá, solo hay chorrocientas aplicaciones que hacen eso, tú tranquila, ya lo averiguo yo).
6. El álbum fotográfico
Una imagen vale más que mil palabras y, tal vez por esta razón, cuando pides una para tener un recuerdo de las vacaciones familiares, no faltará el o la entusiasta que comience a subir una a una las ochocientas que se tomaron, donde, además, las primeras trescientas son idénticas. Así que vaya este sabio consejo: expandir la memoria con una microSD de 32 GB nunca estará de más.
7. ¿Rodrigo? ¿Quién es Rodrigo?
Errores cometemos todos. Solo hay que respirar profundo y recordar que es muy común que alguien se equivoque de grupo o chat y termine recordándole a un tal Rodrigo que los informes son para mañana ASAP. Oye, al menos tú te enteraste de que ese tal Rodrigo que trabaja con tu pariente tampoco la tiene fácil. Solidaridad.
8. Los impacientes
A pesar de que sea un medio escrito, muchos de tus familiares creerán que duermes como los delfines y mantienes un ojo abierto, probablemente pegado a la pantalla del WhatsApp. Por eso, si hay algo que saca de quicio, es que te coloquen el "¿Estás?", dejen pasar un mísero segundo y luego escriban "No, parece que no estás" y luego continúen diciéndote que en realidad te buscaban para invitarte a vacaciones todo pagadas pero bueno, ya perdiste. ¡Para lo urgente llamar, siempre llamar por todos los cielos!
9. "Dice el X que le digas a Y"
Esta aplicación es un servicio de mensajería, en eso estamos todos de acuerdo. Pero recientemente se ha notado una tendencia a interpretar a sus usuarios como mensajeros, siendo que es virtualmente imposible que alguien no cuente con un teléfono hoy en día. Respirar hondo, respirar hondo, contar hasta diez...
10. Demasiada información
Es bueno mantenerse en contacto, no obstante, puede que te topes con una nueva faceta de tus consanguíneos en la que comparten cosas fascinantes como imágenes de viaje hasta el itinerario de sus idas al baño en el mismo.
11. Un clan no es clan si no está en guerra
Lo hermoso de tu árbol genealógico es que está unido por un lazo más fuerte que la sangre: los rumores. A momentos, este grupo se convertirá en un hervidero de noticias sobre el matrimonio fallido de aquella prima lejana en quinto grado, o bien de los infortunios de un tatara-tío caído en desgracia después de su pobre emprendimiento con circos de pulgas. Contar historias también es forma de mantenerse unidos, ¿o no?
12. La oveja descarriada
Ningún círculo de WhatsApp puede denominarse tal si no hay, cada ciertos días o semanas, una oveja descarriada que comenta algo como "Perdón, ¡me estoy poniendo al día con los mensajes!" o "Wow, no había leído nada hace meses y no sabía que pasaron tantas cosas...". Es cierto, esa oveja silenció la conversación, pero como hace acto de presencia se le recibe con un emotícono de brazos abiertos.
13. Momentos de apapacho
No todo es tormento y dolores de cabeza. También hay aspectos encantadores de tener a tus cercanos en un grupo de WhatsApp, como cuando te mandan dibujos que tus hermanos pequeños han hecho de ti, ánimos antes de un gran examen y fotos de las comidas que te esperan cuando vuelvas a casa.