Desde 1983 los colegios de Chile están obligados a ofrecer una opción a las clases de religión para los alumnos que no estén interesados en ellas o que no adscriban a ninguna religión, sin embargo, el Colegio Mercedes Marín del Solar de Providencia no permitió que un estudiante se eximiera de este ramo.
"Dado que exigí al colegio que se cumpliera la eximición de mi hijo, el director consideró que existía un conflicto y lo interrogó a puertas cerradas", dijo Úrsula Eggers, madre del niño de segundo básico a T13.
El colegio fue multado por la Superinendencia de Educación por no respetar la libertad de conciencia y convicciones religiosas. El establecimiento deberá pagar un monto de 54 UTM y la madre ya retiró al alumno de ese colegio, además de iniciar una campaña a través de redes sociales con el apoyo de la Fundación Sociedad Atea Chile, con el fin de repudiar estas situaciones.