En un país tan centralizado como Chile, miles de estudiantes dejan sus casas en regiones para llegar a Santiago, que viene siendo como “la tierra prometida” para los jóvenes. Pero así como algunos llegan, otros, cansados del Transantiago, los tacos interminables en hora punta, el estrés y la mala vida santiaguina, arrancan a otras latitudes más tranquilas. Estas son algunas de las razones que tenemos para llevar nuestras maletas lejos de la capital.
1. Los puntajes de las universidades de región son más bajos
Obvio, porque si todos se quieren ir a Santiago, los puntajes van a ser más altos en las universidades de la capital. En cambio, las Ues de región son el sueño de los que no alcanzaron un puntaje tan alto para entrar a las carreras más tradicionales. ¡Aprovecha!
2. Santiago es demasiado caro
Debe haber una razón socio-económica para esto, pero lo único que podemos decir con seguridad es que, exceptuando por las regiones extremas, en Santiago todo es más caro, partiendo por los arriendos que llegan a ser un verdadero dolor de guata. ¡NO! Mejor irse lejos de acá.
3. ¡Chao aire sucio!
Eso de que cada cierto tiempo uno no pueda ni salir de la casa porque el aire está tan sucio que en cualquier momento nos da cáncer de pulmón a todos, es terrible. En regiones, por lo general, no pasa esto, el aire está más limpio y se nota. ¡Chao Santiago!
4. Más naturaleza
Cuando estudiamos carreras más ligadas a lo natural, como Agronomía, Forestal o Biología Marina, conviene mucho más irse a universidades regionales porque están mucho más cerca del terreno que estudiamos, cosa que obviamente no encontramos en una selva de cemento como Santiago.
5. En regiones hay más pega para profesionales
En regiones hacen falta profesionales de distintas áreas porque muchos se van a Santiago a estudiar o cuando ya tienen su título. Imagínate que hay becas para que los médicos se vayan a trabajar a zonas extremas…
6. ¿Chato de viajar en calidad de “sardina” todas las mañanas?
Es cierto que en todas partes la hora punta es terrible, pero Santiago es otro nivel. Solo intenten subirse al Metro a las 8 A.M… ¿Qué mejor que irse caminando a la U, tranquilamente y respirando aire puro? Bueno, en regiones podrías hacerlo.
7. El agua es un tema
Los que vivimos en Santiago, al final terminamos acostumbrándonos al agua de la llave, pero un provinciano sabe reconocer el PÉSIMO SABOR que tiene el agua potable de acá. ¿Qué es ese sabor? ¿Y esa textura? ¡Qué asco!
8. Santiago no es Chile
En serio, hay santiaguinos que creen que hacia después de Viña del Mar hay desierto y hacia el sur es campo, huasos andando a caballo y mapuches. Chiquillos, no les haría nada de mal conocer otras realidades y entender que Chile es muuuuuuuucho más grande y muuuuuuuuuchísimo mas bonito que Santiago.
9. En regiones hay mucho por hacer
Mucha gente se va a Santiago a “buscar oportunidades”, pero en realidad las oportunidades están en regiones. Por ejemplo, para un emprendimiento, ¡en Santiago está casi todo hecho ya! En cambio, en regiones, hay mucho por hacer… piénsalo.
10. La gente está muy loca
¿Cuántas veces hemos escuchado que “la gente del sur es muy cálida” y ese tipo de cosas? Eso lo dicen los santiaguinos porque están acostumbrados a tratar con la gente loca, alterada y mala onda de la capital. Estudiar en un ambiente grato es, obviamente, mucho mejor. ¿Salgamos de aquí mejor?
11. Los aranceles son más bajos en regiones
Puede ser por menor demanda, y es una diferencia notoria, sobre todo cuando nos vamos alejando de la zona central de Chile. Esto es todo un tema cuando no tenemos plata de sobra…al menos mientras la Educación Superior no sea gratuita.
12. Quizá las regiones tengan menos lugares recreativos para jóvenes, o menos actividades culturales, pero tienen los mejores paisajes, los aires más limpios, la gente más simpática y todos viven un poco más relajados. ¡Aguante regiones!