No es lo mismo pololear en el colegio que pololear en la universidad. Además del contexto en que se desarrolla, cambia nuestra misma disposición al noviazgo, y es que nosotros ya no somos los mismos. En una, por lo general, vivimos nuestra primera gran prueba amorosa, nuestra primera magna experiencia sentimental. En otra, con más conocimientos al respecto, bajo el brazo, podemos disfrutarla aún más o por el contrario, demostrar resquemores e inseguridades (esto si nuestras vivencias no han sido positivas).
En el presente post, a diferencia de otros en el pasado, desentrañaremos los contrastes entre uno y otro a modo de servir de ejemplo y prepararnos para ambas situaciones. Antes del análisis, claro, cabe destacar que no haremos un juicio de valor, argumentando si es mejor pololear en uno u otro lugar, sino que nos avocaremos meramente a separarlas, como dos reinos diferentes.
1.- En el colegio somos novedad, en la U una pareja más
O sea, si en nuestro curso todos nos molestan o están atentos a nuestra relación, en la universidad ya podemos relajarnos y ser otro enamorado más, de tantos.
2.- Antes parecía un juego, ahora no
En el pasado podía pasar como una chiquillada simpática, pero ahora ya grandes los compañeros o tu misma pareja te casan y le ponen nombres a tus hijos.
3.- Antes nos veíamos más, ahora no tanto
En el colegio, independiente si estábamos en el mismo curso o en diferentes, al menos nos topábamos a horas sabidas (recreo, gimnasio, después de clases, etc.). Ahora, producto de los ramos, horarios y hasta carreras dispares, nos vemos menos o al menos cuesta más programarse (sumado el estudio).
4.- Antes éramos inexpertos
No es bueno generalizar, pero en realidad en el colegio muchas veces pecamos de ignorantes. En la universidad somos más capaces y nos conocemos a fondo (o al menos un poco más).
5.- Mundos opuestos
La universidad es un universo realmente diferente, abierto más al mundo y a la vida adulta que no se compara con el juego de niños del colegio.
6.- En la universidad hay más tentaciones
Aunque las hormonas explotan en la adolescencia, en la universidad, ya cumplida la mayoría de edad, estamos expuestos a mucha más gente (fiestas, eventos, salidas, etc.) por tanto cuesta mantener una relación.
7.- En el colegio es todo más superficial
Aceptémoslo, en la secundaria todo gira en la ropa que usamos, si somos estilosos o no, en quien es más rico o rica, en quien es más cool y quien es perno. En la universidad, cuando esas cosas empiezan a ser menos importantes, nos importa más el intelecto, la profesión y motivaciones del otro.
8.- Conocemos menos al otro en el colegio
Las personas no se desarrollan (física y mentalmente) hasta bien avanzada edad, por tanto no podemos pretender conocerla completamente a los 16 o 17 años.
9.- Antes era más idílico, ahora más pragmático
Aunque en la universidad se apela a la madurez, hay que aceptar que los años vividos en el colegio se recuerdan con nostalgia y terminan siendo una vivencia más intensa y pura.
10.- Tiempos dispares
En la universidad no hay una delimitación clara de cuando debe terminar o no una relación, si es para siempre o es una ola más de verano. En el colegio en cambio, es tema cuando terminamos cuarto medio, pues muchas veces las personas se alejan o cambias de prioridades.
¿Crees que faltó alguna otra diferencia? No olvides comentar.
Imagen CC Alberto