- Adiós inocencia infantil. Ya nada será fácil.
- Comienzan los cambios de la pubertad.
- ¡Alarma de pelos/bigotes/vellos/etc.
- Nos abre los ojos a cosas no tan divertidas.
- No somos ni chicos ni adultos, sino algo entre medio.
- Nos cambia la visión de nuestras padres, dejamos de idealizarlos.
- Nos cambia el largo y ancho de nuestras extremidades, tronco, cuello, etc. Nos pegamos el temido estirón.
- Nos hace más inseguros.
- Nos vuelve un poco más pretenciosos y/o superficiales.
- Su aparición es relativa, depende del reloj biológico de cada cuerpo.
- Nos vuelve más irritables.
- Nos activa nuestras hormonas de forma, a veces, desproporcionada.
- Tenemos menos energía (producto de los cambios físicos).
- Nos obsesionamos con la música, ella nos define.
- Esas malditas espinillas nos salen por todo el cuerpo.
- Nos cambia, muchas veces, nuestros amigos.
- Nos vuelve más propensos a la depresión.
- Pareciera que nunca se va a acabar.
- El embarazo y el sexo se hacen un tema a discutir.
- Trae consigo nuestros primeros desamores.
- Nos vuelve impetuosos, un poco más rebeldes, pero no siempre en su aspecto positivo.
- Bajamos nuestro rendimiento, muchas veces, producto de las distracciones, las cuales se vuelven más atractivas.
- Nos volvemos un poco más ególatras.
- Nuestro peso puede transformarse en una montaña rusa.
- Nos llena de amores platónicos, sueños inalcanzables.
- Muchas de las experiencias vividas en este tiempo, definirán nuestro carácter para siempre.
- El tener amigos, se vuelve un tema fundamental, en materia social.
- Nos damos cuenta de como nos ve el resto, realmente.
- Nuestra curiosidad es infinita, lo que puede acarrear ansiedad. Además, la curiosidad mató al gato.
- Nuestros familiares notan cada cambio y nos lo detallan paso por paso.
- Nos vuelve más vulnerables.
- Ya no somos el centro del mundo.
- En este periodo, podemos volvernos demasiado introvertidos.
- El exceso de extroversión también puede significar un mal enfoque.
- Nuestros padres/abuelos/tíos nos comienzan a tratar más como adultos/as y menos como el regalón.
- Tenemos que dejar ciertos hábitos de la infancia.
- Nos vemos obligados a madurar ciertos aspectos de nosotros mismos.
- Crecen las responsabilidades.
- Nos obliga a indagar en nuestra identidad, comenzamos a formarla.
- Somos más emotivos, comenzamos a explorar nuestros sentidos.
- Para varias religiones, significa un sinfín de festividades fomes.
- Comienza el peligro de caries y salen las muelas del juicio.
- La mass media dicta nuestros comportamientos.
- Nos vuelve ansiosos por ser grandes.
- Debemos aguantar una que otra conversación incómoda, con nuestros padres o profesores.
- Nos abre tanto a vicios leves, como a vicios más peligrosos.
- Comienzan a primar aquellas decisiones que tomamos.
- Nuestra imaginación se desborda. SI no encontramos un escape, podemos terminar en estrés.
- Nada nos satisface.
- Nunca la aprovechamos lo suficiente.
50 cosas que odiamos de la adolescencia
Publicado
por
Francisco Valenzuela