Yo pololié con una chica así durante un tiempo corto, y todo se debía a que me doy gustos caros. Sí, desde la media que era un pendejo agrandado y con ella compatibilizamos mucho, de hecho, igual fue una relación que recuerdo con cariño.
Ella siempre me decía que su sueño era tener un buen trabajo y un sueldo extraordinario para poder comprarse todo lo que quisiera, porque ella lo quería todo. Al principio pensé que era una tontera que todo el mundo dice en algún momento, así que no le di mucha importancia, hasta que un día lo demostró de una forma bastante infantil…
Todo empezó cuando pasamos por fuera de una tienda de peluches y regalos empalagosos, y vio un oso que medía como 1 metro y algo, ella se enamoró de él y me pidió que se lo comprara, mi reacción fue como “espérate un poco, ni siquiera sabemos cuánto cuesta, no tiene precio…”. Ella salió corriendo a buscar a un dependiente del lugar y le preguntó cuál era el valor del peluche, su respuesta fue concisa: “No está a la venta, está ahí para ser exhibido”.
Ella se enojó y exigió saber el precio del peluche deciendo que yo tenía la plata para comprarlo, el encargado, astutamente, le dio un precio ridículamente alto: “250.000 pesos, si lo quieres, eso es lo que debes pagar”.
Todo esperábamos que esa respuesta la haría entrar en razón y que desistiera de adquirir el peluche, ¡ERROR!, se dio vuelta y me dijo: “¿podemos comprarlo, verdad?”, intenté razonar con ella pero estaba tan obsesionada con tener ese oso, que no me escuchaba, le decía al vendedor que bajara el precio y me sugirió que le pidiera dinero prestado a mis viejos, para comprarlo.
Al final la discusión se tornó tan ridícula e infantil, que decidí agarrarla del brazo para sacarla de ahí. Ella seguía furiosa y yo estaba todo avergonzado por la rabieta que hizo. Al poco tiempo terminamos, no tanto por ese incidente, sino que por un acumulo de cosas.
¿Has tenido alguna experiencia con una persona con gustos caros?
Imagen CC Bob Bekian