En clases, estaba acostumbraba a escuchar música con mi compañera de puesto. En realidad escuchábamos un programa de radio, "El Portal del Web", de la Rock&Pop. Ya se podrán dar cuenta que esto pasó hace mucho tiempo. Algo muy característico de mi personalidad -y quizás bastante molesto para la gente que me escucha- es que me rio mucho y fuerte. Ok, es algo que con los años debería solucionarse, lo sé. Estaba con mi compañera de puesto -y mejor amiga- en clases de matemática. La profe era súper mañosa y muy top, ya que siempre su ropa era linda y su pelo muy arreglado. Ella estaba explicando unas cosas de álgebra que yo, por suerte, entendía muy bien. Por lo tanto, no era necesario prestar atención a lo que ella decía. En ese momento lo más importante para mí era mirar para cualquier lado y pensar en cosas que no tenían relación con la clase. Mientras la profe hablaba, con mi amiga repetíamos lo que ella decía pero con un tono de voz bastante estúpido, tratando de imitar a uno de los personajes del Portal del Web. De pronto, al fin resultó algo chistoso. Algo que me dio mucha risa y me costó una anotación. Empecé a reír sin darme cuenta que la profesora fijó sus ojos verdes -verdísimos- hacia mí. El volumen de mis carcajadas aumentó y la profesora, con mucha rabia me preguntó por qué me reía -frente a todo el curso-. Todas me miraban. La única explicación que uno tiende a dar es que no se ríe de nada. Entonces la profesora empieza a decir cosas como " la risa abunda en la boca de los tontos" y todas esas típicas humillaciones. La discusión sólo se limitaba a sus preguntas intimidantes y mis respuestas incoherentes, frente a un público expectante (mis compañeras). Llegué al punto de decirle que me reía sólo porque yo era risueña. Mis compañeras se rieron y la profesora enfureció. Me llamó a su mesa. Me retó como cien horas. En realidad es muy probable que hayan sido como 5 minutos, pero para mí fueron eternos.
Imagen CC Mequetrefe