Desde que tengo uso de razón, he odiado las matemáticas y ellas me han odiado a mí de vuelta. Hemos tenido una relación de amor-odio desde hace muchos años y aún no hemos podido consolidar nada.
Cuando estaba en cuarto básico y empezamos a dividir decimales le declaré la guerra. Luego todo fue mejor en séptimo cuando me enseñaron el área más humanista de las matemáticas con lógica: falso más falso era una falacia, verdadero y falso era una tautología, y así me llevé bien hasta que llegué a cuarto medio y lo más básico de cálculo y fue ahí cuando la relación explotó y no pude ver nunca más números.
Es más, cuando estábamos en primero medio, nuestro curso pasó por 3 cambios de profesoras en un semestre. Y no era culpa nuestra, sino que las profesoras se enfermaban o algo raro pasaba. Es por eso que tengo un vacío gigante en la materia de ese año.
Pero lejos lo más terrible fue cuando me anotaron por decir: “odio las matemáticas”.
Sí. Me anotaron por eso.
La cosa fue así: estábamos en segundo medio y mi profesor, que le decíamos Ricky, estaba súper entusiasmado (como siempre) de hacer clases. Para variar, decoraba la fecha con nubes o sol dependiendo de cómo estuviera el clima, ponía el objetivo de la clase y finalmente se sentaba a pasar lista.
La clase siguió como siempre hasta que se puso a explicar Álgebra. Tenía la escoba en la pizarra, lleno de flechas y borrones, no se entendía nada. Hasta que hubo un punto en que no entendía nada (básicamente porque el profesor era muy desordenado para explicar ejercicios) y mande todo a freír monos y dije: “Odio las matemáticas”
Todos se quedaron en silencio y el profesor se dio vuelta con cara de odio hacia a mi simplemente me dijo: “Anotada”.
Claramente me puse a alegar como enferma, mis compañeras me apoyaban pero no hubo nada que se pudiera hacer. En el libro de clases salía corto y fome: “Dice que odia las matemáticas”
Y así fue como se me manchó mi hoja de vida perfecta por culpa del profesor de matemáticas al cual le desprecié su asignatura.
Ojito con lo que andan diciendo porque pueden terminar con una anotación estúpida.
Imagen CC JDevaun