El sujeto mencionado es vital en el aula escolar, ya que se encarga de la recreación de escenas y de una labor muy importante como caricaturizar a cada profesor. Es más, es tanto el impacto que puede producir una de sus obras, que uno termina viendo a un docente como una mera parodia y termina perdiéndole el poco respeto que se le tenía.
Además, este compañero es vital en ramos como “artes visuales” o “artes plásticas” (el nombre de la asignatura varía según el colegio), ya que este tipo no dudará en ayudarte e incluso crear algo que jamás pudiste haber dibujado con tus propias manos. Así que si eres malo para diseñar y necesitas más de un 6 en ese ramo, ya sabes a quién contactar…
Mi experiencia con el compañero bueno pal’ dibujo
Una de mis mejores experiencias junto a mi compañero bueno pal’ dibujo fue una vez que teníamos clases con la “Pitbull”, una profesora de historia con cara de perro, con un carácter horrible (su apodo calzaba a la perfección) y que profesaba en cada clase que destacaba por sus valores religiosos. Decía que era buena sólo por ser cristiana.
Cristián, mi compañero dibujante, aprovechó cada gesto de la profesora para crear a una gárgola, con cara de perro y con facciones similares al rostro de la señora. Conjuntamente, situó a la bestia en un escenario completamente sombrío y algo diabólico. Fue un verdadero golpe a la realidad.
Esta obra –dibujada en hoja de cuaderno y con lápiz pasta negro- corrió por la sala y desató colosales carcajadas. Sin embargo, la hoja me llegó a mí y fui sorprendido in fraganti por la profesora mientras reía.
El resto de la historia es predecible. La odiada profe me quitó el dibujo, se reconoció en el papel, me gritoneó y me envió a inspectoría. En ese instante se paró Cristián y confesó su participación en el hecho.
Así llegamos los dos a la oficina del inspector a escuchar más y más regaños. No obstante, cuando llegó la profesora con la prueba pude notar una leve sonrisa de nuestro inspector. En el fondo, la recreación de mi amigo no estaba tan alejada de la realidad.
El castigo fue piola. Nos dieron un día de suspensión y una citación al apoderado (acordamos que los dos dibujamos a la "Pitbull" para no dejar a mi compañero solo). Pero dio igual, pues nuestras madres también se rieron del retrato surrealista de la amargada docente y la historia pasó a ser una grata anécdota.