Nada que hacer. Antes de entrar al colegio llega a nuestras manos la interminable lista de útiles que, al principio, nos causan un poco de emoción porque se ven bonitos en las vitrinas, tienen rico olor y cada año hay más variedad de marcas. Pero la emoción se pasa rapidito cuando hay que empezar a usarlos de verdad, o al menos eso es lo que decimos en nuestra casa cuando nos dicen "los lápices nuevos van bien? "te gustaron tus cuadernos?" "Qué tal ese corrector, jamás lo había visto". Bueno, si supieran que en realidad le damos cualquier uso menos el correcto a los útiles, las interminables listas escolares, quizá, no serían compradas.
Gomas para borrar, cuadernos nuevos con anillados perfectos, cartulinas de todos los colores y lápices de todas las especies para subrayar, están en nuestras mochilas y casilleros a principio de año. Pero, ¿qué hacemos con ellos realmente? Seamos sinceros y abramos la puerta de la honestidad.
Los cuadernos son famosos por parecer "repollos". Sí, repollo como la verdura. Cuando sales de la sala o estás despistado, no falta el que agarra tu pobre cuaderno de super héroes y hoja por hoja va arrugando con toda la mano el papel. ¡Qué lindo! Cuando la profesora dice "Escriban" sacas el cuaderno debajo de tu mesa y encuentras la sorpresa de que no puedes escribir ni un poco. Es en ese momento cuando debes tachar en tu inventario que tienes un cuaderno menos. Y adivinen para qué más sirven las hojas de los cuadernos... Para hacer aviones y guerras de papeles!!! Más de uno ha salido mal herido de esas guerras, pero no puede negar que lo ha pasado lo suficientemente bien como para comenzar con la siguiente. Batallas épicas.
Las gomas, son famosas por jugar a "la quemá del indio". Sí, cuando te piden el brazo prestado y te pasan la goma fuerte para que te quede una marca casi indígena, roja y palpitando. ¿Para qué? No lo sé, pero de que lo hacen lo hacen. Y otra forma de ocupar gomas es simplemente para copiar en las pruebas. Por muy chicas que sean, caben los más grandes textos en cada una de ellas. Por eso, nunca se acaban, deben quedar como provisiones para poder copiar en caso de emergencia.
Los correctores. Esto va para las niñas. ¿Quién no se ha pintado las uñas con un típex? La que diga que no: está mintiendo. Sí, a falta de esmalte blanco, el corrector cumple una fantástica función de manicura y créanme, muy difícil de sacar. Sirve también para hacer pelotitas gigantes de corrector en las mesas y para que el "leso" que no se dio cuenta se afirme y se manche. Sí, eso es muy chistoso, pruébenlo!
Los lápices de pasta, famosísimos por servir para rayar las caras de tus compañeros dormidos y luego sacarles una foto. O para dibujarte caritas felices en los dedos, para dejar dedicatorias de "Juanito te amo por siempre" en las mesas y en los baños, las niñas los usan para escribirse los torpedos en las piernas, más que escribir la materia para jugar al auto pencil en clases, o para los típicos dibujos en las esquinas de las hojas. Sí, sirven mucho más para lo anterior que para escribir la materia. La materia es conseguible con los compañeros que usan los útiles apropiadamente, los dibujos en la cara, los torpedos y el auto pencil: NO ES CONSEGUIBLE.
Y para cerrar el tema, no puede faltar el nombrar el uso de los destacadores. Esos que sirven para subrayar las ideas más importantes, ¿para qué los usan los lindos? Para pintarse los dientes, las uñas también son una opción, para pintar los cuadraditos de las hojas de diferentes colores intercalados (hoja completa) para escribir en als cartulinas de colores (que no se notan) o para escribir títulos monumentalmente grandes, creados por el aburrimiento y la poca paciencia, que en verdad, no necesitan tal presentación en tu cuaderno.
¡Sigamos usando así los útiles! Es mucho más entretenido, pero chicos, también estudien.
Imagen CC vía OrangeAcid