Tal y como existe la apoderada rica, ¿quién no tiene o tuvo al profe mino? Ese que nos hace suspirar cada vez que entra a la sala. Ese que deja el pasillo impregnado con su perfume. Ese que tiene una sonrisa blanca y dientes perfectos. Ese que más encima aparte de ser guapo, es simpático y súper inteligente.
¡Aaayyy mujeres! Por qué tan cerca pero tan lejos…
Y como no hacerle una mención honrosa a este profesor que nos hace suspirar cuando nos saluda en las mañanas.
No es por ser desconsiderada ni nada por el estilo, pero digamos que generalmente los profesores no son la maravilla del mundo. Normalmente los profesores van desde los 40 para arriba, estrictos y no muy agradables. Pero siempre llega un momento de la semana donde te toca ver este profesor que no solamente te ayuda a estudiar sino que también te ayuda a recrear un poquito la vista.
Y que no me vengan con cosas porque todas sabemos que nos dábamos una media horita más para estudiar la materia de su clase, cosa que cuando tocara verlo, él se diera cuenta lo estudiosa e inteligente que eres para que así él se fijara en ti y te dirigiera una sonrisa cuando dieras una respuesta inteligente a la pregunta que él hizo, y era misión ultra cumplida cuando el profe efectivamente te elogiaba por lo mucho que habías progresado en el curso… Y por dios que era bacán la sensación de no sólo sentirse inteligente sino que, que el profe que tanto te gusta se interese en tu rendimiento académico.
Tampoco me nieguen que jamás se arreglaron un poquitito más con la esperanza de que el profe se fijara en lo linda que te veías. Obviamente, como es un caballero e inteligente, él nunca dijo nada porque, ¿qué profesor va a querer que lo demanden por acoso a una de sus alumnas?, ¡nadie se arriesgaría!
Lo peor de todo es que como es tan guapo, inteligente y simpático – es decir que las tiene todas – sí o sí tiene polola. Pero como es tan recatado jamás hablaría de su vida privada a menos que le influya de alguna forma en su vida académica. E incluso aun así jamás va a mencionar su vida amorosa.
Y nunca faltan los compañeros que se ponen celosos de éste profesor tan guapo. Hacen lo imposible para encontrarle alguna falla y cada vez que el profe entra a la sala se la sacan en cara. O es más, esperan el momento perfecto para que cuando él se equivoque, aprovechar la situación y hacerle notar su error de la forma más grosera del mundo.
Pero claramente éste profesor esta fuera del alcance de todas las que andan baboseando por él (y me incluyo dentro de ese grupo de mujeres que tienen un profe demasiado mino). Así que no queda otra que fantasear a la hora de clases y soñar en las noches con él
Y tú, ¿tienes algún profe mino? ¿Qué te quite uno que otro suspiro?
Imagen CC Christophe Richards