Actualmente, se sabe que el bullying abunda, a veces de poner un apodo simpático, se pasa a sacarle la silla a los compañeros, lo que muchas veces termina con alumnos con depresión que abandonan el colegio. Incluso han habido casos de suicidios. Debido a los alcances que está teniendo el acoso escolar, es necesario tomar medidas de prevención, ya que esta es mejor manera de enfrentarlo.
Si el bullying ya está desatado hay que actuar, no hay que ser necesariamente la víctima. Muchos son testigos de maltratos psicológicos y/o físicos, y pueden hacer algo. Si observas un caso de hostigamiento puede que sientas cierto rechazo ante la situación y sigas con tu vida normal. Quizás por temor a interceder o por no ser plenamente consciente de lo que pueden implicar estos excesos.
Sin embargo, puedes hacer la diferencia, si tú solo no puedes detener el bullying, pide ayuda. Esto no es ser un acusete, sino que ser solidario con quien lo necesita, no minimizando la gravedad de las agresiones ni reforzando la actitud del agresor.
Muchos hacen bullying y años más tarde arrepienten de su conducta. No esperes llegar a la universidad. Si agredes o incomodas a un compañero, pregúntate: ¿Qué es lo que me sucede? ¿Por qué me hace gracia o me siento más fuerte cuando molesto a otros? Piensa cómo se debe sentir la persona a la que le estás haciendo daño. No hay nada más fácil que burlarse del niño que tiene menos amigos.
Idealmente, conversa sobre tu comportamiento con alguien que te escuche y ayude. Debes enfrentar los prejuicios y la intolerancia, controlando tus emociones para que éstas no te controlen a ti. A veces las instituciones y nosotros mismos como sociedad no resguardamos los derechos de todos. Si eres víctima de bullying, debes saber que la violencia no es la mejor manera de responder. Aléjate físicamente de la persona con la que te sientas violento y respira profundamente. Debes desarrollar habilidades para resolver pacíficamente los conflictos, no poniéndote al nivel de quien te intimida.
Es lógico que al sufrir una situación injusta te sientas mal, triste, temeroso, avergonzado y/o culpable. Lo principal es no guardar silencio al respecto, no esperando a que el bullying se intensifique hasta no aguantar más. Romper el espiral de silencio es exigir el respeto que merecemos. Hacer saber el caso a tus padres o apoderados es de vital importancia. Mientras que el colegio tiene la obligación de responder antes los casos de hostigamiento.
No obstante, el bullying no debe ser entendido como un problema entre dos personas, ya que involucra a una comunidad entera, siendo esta la que pone sus valores en juego. En ese sentido, estos conflictos se resuelven en conjunto, a un nivel multidisciplinario. Todo el peso no puede caer en la víctima. Alumnos, profesores, administrativos, familias, y la misma sociedad pueden ser foco de intervenciones.