La mayoría de ustedes entrará al colegio en marzo, como es la costumbre. Pero tú o alguien que conozcas, entrará a clases en un par de días más. Si en febrero empieza el año escolar para ti, y sientes lata por todo, odias al colegio por cortarte las vacaciones y piensas que tendrás que ponerte el uniforme, mientras tus amigos siguen en traje de baño, no faltará el amigo buena onda que se burle de ti diciéndote todos los contras de entrar en estas fechas: todos seguimos veraneando, tendrás que devolverte de la playa donde estabas, para volver a tu ciudad, se acabaron las noches de fiesta, ver películas, jugar play hasta tarde, hará más calor dentro del establecimiento, tendrás que empezar a estudiar, o que el viaje que ibas a hacer queda arruinado por el colegio, entre muchas otras razones.
Otra cosa que no ayuda, es que tu pololo/a siga de vacaciones, tenían planes y todo se derrumbó gracias a la institución maldita. El tiempo que estaban pasando, se terminará abruptamente y te sentirás vacío por una parte. O quizás eres celoso, y piensas que durante esas tardes de verano, tu pareja fijará su atención en otra persona.
Sí, es una lata, pero ¿por qué ver el lado negativo? Para que no sufras más, joven estudiante con depresión “post verano”, aquí te dejo algunas razones positivas de entrar antes a clases: saldrás de vacaciones en noviembre, te reencontrarás con algunos de tus amigos y compañeros, pueden irse a la playa después de clases (si es que vives en una ciudad con mar), los primeros días de clases son light, así que seguirá su relajo veraniego, entre otros.
Aparte, entrar a clases en verano tiene la ventaja de que… sigue siendo verano, todavía puedes hacer cosas en las tardes, como se explicó antes, los primeros días de escuela son relajados, no tendrás taaaanto que hacer, te podrás juntar con tu pololo/a después, quien te quiere y te ayudará para desahogarte o quitarte la lata de esta situación.
Y piensa en algo más, los findes eres libre y todavía habrán carretes veraniegos. Si eres de Santiago, busca algún carrete en tu comuna para ir con tus amigos o pareja, o por último, organiza uno tú con tus compañeros, ellos sienten lo mismo que tú y si les dices: “hagamos un carrete fin de verano/inicio de clases”, te aseguro que la mayoría se animará y apañará.
Para hacerte sentir mejor, te cuento una historia personal: era febrero, y una amiga que conocí en un campamento, iba a entrar a clases en una semana más. “Yo entro el 15 de marzo, jajaja, bye bye vacaciones para tí”, sí, me burlé en su momento, hasta que llegó noviembre y ella estaba desocupada, ¿y yo? estaba en periodo de pruebas finales, estresado y todo. Más encima, ella me dice que irá de vacaciones a Brasil. O sea, mientras yo daba los exámenes finales, ella ya estaba tomando un avión para empezar su verano. Mientras yo estudiaba matemáticas pensaba: ella debe estar tomando caipiriñas y bailando samba. La envidié cuáticamente.
Así que quita ese blues carcelario de tu cabeza, y piensa que entrar a clases en estas fechas no es tan malo, aparte, todos tus amigos deberán entrar a clases tarde o temprano, así que olvídate de las burlas. Y por último, si la situación todavía te da lata…. ¡ríe! (es lo único que queda por hacer).