En leer esta publicación no deberías demorarte más de 1.45 minutos, ya que un estudiante promedio lee alrededor de 250 palabras por minuto aproximadamente, poco para las grandes cantidades de información presentes en la actualidad. Independiente de tu velocidad, hay que ser honestos, somos pésimos para la lectura.
Se debe lograr un equilibrio entre la velocidad y la compresión, ejercicio fundamental para conllevar los estudio y aprovechar mejor tu tiempo. Entre mejor fluidez, mayor compresión. A menos que leas entre 500 y 800 palabras por minuto, ahí se puede arriesgar un 25% menos de compresión.
Todo esto se pone urgente considerando las nefastas señales de lectura en los chilenos, pero esto no debería extrañarnos. Los casi nulos hábitos de lectura los podemos observar en nuestro entorno, pocos leen voluntariamente, en el mismo colegio muchos se acostumbran a leer los resúmenes de los libros para las pruebas. Por otro lado, los libros son los más caros del mundo, lo mismo con la educación superior. Mientras que los diarios más populares del país no tienen mayor contenido (al igual que la televisión).
Además, tenemos baja calidad fonética, hablamos mal, incluso el Presidente Piñera no está exento de esto. Desde esa perspectiva es lógico que casi la mitad de los chilenos no entiendan lo que leen o lo hagan en cámara lenta.
A continuación, algunos consejos para mejorar la lectura:
1) Lee en lugares donde estés grato, con buena iluminación, evitando el desorden y distracciones. 2) Trata de no leer palabra por palabra, sino que de oraciones, por bloques, empieza de a poco y supérate gradualmente.
3) Abstente de decirte palabras a ti mismo mientras lees. Perjudica la concentración y fluidez.
4) Señala las líneas que lees con tu dedo índice, ayudará a no subvocalizar (repetir palabras mentalmente según vas leyendo).
5) Lee en busca de conceptos y respuestas a preguntas planteadas por ti mismo antes o durante la lectura. Servirá al analizar el texto.
6) Practica todos los días, toma un receso si llevas una hora leyendo sin parar.
De a poco te irás olvidando de asociar la lectura a obligaciones del colegio o trabajo, lo harás porque realmente quieres.
De todas maneras, no podemos ser tan entusiastas, el destacado investigador E. D. Hirsch, no sólo enfatiza en la necesidad de aprender a leer con fluidez, sino que también es crucial el rol que juega la amplitud de vocabulario en la comprensión lectora. Además de la importancia del conocimiento del tema para entender lo que se lee.
Por consiguiente, surge la necesidad de revisar los programas educacionales, pensando especialmente en los que tienen menos recursos, ya que pueden depender más del colegio para aprender. La comprensión no mejorará a menos que se preste especial atención a cómo se construye el conocimiento de palabras y el conocimiento del mundo.