Aunque ahora quizás estés acostumbrado a cuestionarte lo cara que es la educación, durante años fue un tema mucho más silenciado y aceptado. Pero la duda- e indignación- seguramente invadía a muchos: ¿por qué sucede esto en Chile? Para responder a esta pregunta, es inevitable centrarse en décadas pasadas. Porque aunque la educación superior gratuita les parezca una utopía a muchos, lo cierto que durante años esta fue una realidad en nuestro país. Y aún lo sigue siendo en muchas otras partes del mundo.
Aunque es cierto que antes eran muchos menos los estudiantes que entraban a la Universidad. Con las reformas que se impusieron en la Dictadura, tanto las universidades como los estudiantes crecieron considerablemente. Lo que parecía una excelente noticia, demoró años en mostrar su lado más oscuro. Porque si bien aumentó la matrícula, lo cierto es que también se hizo la vista gorda con muchas instituciones de educación superior, que no ofrecen condiciones aceptables a sus alumnos. Sólo en los últimos años se han destapado los casos de instituciones como la Universidad del Mar, la que luego debió cerrar debido a los cuestionamientos, dejando a la deriva a miles de estudiantes.
Por eso, mayor cantidad no siempre es sinónimo de algo bueno. Y así como la educación, en general, se fue volviendo cada vez más un negocio, la educación pública se fue dejando de lado. Las reformas económicas de la Dictadura incentivaron el ámbito privado y todo lo que alguna vez garantizó el Estado, se fue debilitando. Durante los gobiernos de la Concertación, esta situación se mantuvo.
Como consecuencia, hoy las universidades del Estado deben hacer malabares para financiarse. Y pese a ser públicas, deben cobrar a los estudiantes costosos aranceles para poder sustentarse. Pero además de esta realidad más estructural, también podemos encontrar razones más subjetivas. Porque lo increíble es que pese a lo caro que es estudiar en Chile, cada año sigue creciendo la matrícula de educación superior.
"En las últimas décadas aumentaron mucho los costos de la educación superior porque la disposición a pagar es muy alta. Las universidades captaron eso y por ello fijan los precios a su criterio", explicó a la BBC Claudia Sanhueza del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales.
Los estudiantes continúan endeudándose, porque efectivamente hay una demanda muy alta para entrar a estudiar una carrera universitaria. No se da el cuestionamiento como en otros países, donde las opciones posteriores al colegio son más amplias. En Chile, en cambio, culturalmente lo mejor visto es entrar a la U sí o sí, olvidando que después muchos terminan desertando en el camino, o trabajando en algo distinto a lo estudiado.
La situación es tan crítica que incluso la OCDE ha advertido que nuestro país es el país con la educación superior más cara del mundo, en términos relativos. Además, el mayor peso se la llevan las familias: de la plata que Chile invierte en educación superior, el 79% lo ponen las familias, el 6% proviene de otros fondos privados y solamente el 14,6% lo garantiza el Estado. Una situación totalmente desequilibrada que se aleja de los países OCDE: en promedio, siete de cada 10 dólares invertidos en Educación, los pone el Estado y solamente tres son de origen privado. Por último, es importante recordar los antecedentes de esta mercantilizada visión de la enseñanza: “Hay un discurso de Pinochet, el año ’79, en el que dice ‘la educación secundaria y universitaria es un privilegio por el cual la gente tiene que pagar’, inaugurando esta visión de la educación como un bien de consumo”, nos recuerda Carlos Ruiz Schneider, profesor de Filosofía y Derecho que ha estudiado sobre el tema.
¿Por qué crees que la Educación en Chile es tan cara?