¿Han escuchado eso de que por ningún motivo deben tomar los libros del preu los días previos a la PSU? Bueno, yo no seguí ese consejo.
No digo que no me haya preparado el resto del año. Lamentablemente como a muchos nos pasa por problema de lucas, si quería seguir estudiando, terminando cuarto medio tenía que entrar si o si a la universidad.
Ese año me preparé con preuniversitario aunque sin dejar de pasarlo bien. El último año del colegio tiene que ser memorable pero eso ya es tema para otra nota. La cosa es que me metí a un preu al que le saqué el máximo jugo, pero de todas formas me sentía insegura. Cuando faltaba un mes para la PSU, y después de haber terminado las clases y ensayos en el preu, decidí ir a quedarme una semana en el departamento que una tía tenía deshabitado. La idea fue buscar el lugar más tranquilo posible para repasar la materia en la que estaba más débil y también, para asegurarme de dominar lo que ya sabía.
No necesité mucho para llevar a cabo mi plan. Primero, desconectarme de todo: no más tele, ni internet, ni teléfono, nada. Sólo me acompañó mi tía y un par de discos que hasta el día de hoy, cada vez que los escucho, recuerdo esa semana. Luego, organizar mis días para alcanzar a repasar lo que más pudiera. Dividí los días en dos partes y esas partes, las subdividí en temas como Geografía o Cálculo. Me sirvió mucho guiarme por el índice de los libros que me entregaron en el preu ya que ahí se encontraba ordenado el temario de la PSU.
La clave estuvo en la calma. No pensar en el futuro, sólo concentrarme en la materia para que me entrara lo que no había alcanzado a entrar durante el año. Y repasar, mucho. Aunque ya me supiera de memoria las figuras literarias, igual las leí por si acaso.
Ahora que miro para atrás, lo volvería a hacer. Fue una buena forma de canalizar los nervios y ejercitar la concentración, así que si creen que lo necesitan, prueben hacerlo. Al final, uno es el que debe tener el control de situaciones tan importantes como es dar la PSU.