Algo le pasa a Miley Cyrus. Nadie sabe muy bien qué le pasa pero está claro que algo le pasa. Y podrán decir que exageramos pero es un fenómeno que se repite casi siempre, ese de la niña famosa que de un día para otro decide explorar su sexualidad y termina distorsionando su imagen por completo.
Desde que hace casi un mes se presentó en los VMA’s, que no ha parado de aplicar Twerking donde va, haciendo cada vez más popular este movimiento. Porque no podemos desentendernos, es algo desconcertante no entender qué pasó en el camino para que Cyrus esté en la boca de todos sólo por sus controversias, si al final igual canta bien.
A propósito de lo mismo, hoy me acordaba del escándalo que significó el traje que utilizó Britney Spears el año 2000 en los mismos MTV Video Music Awards. Ese año hubo un montón de viejas gringas que se escandalizaron porque la niña buena del pop apareció haciendo un estriptis con ‘Satisfaction’ de los Rolling Stone… ¿Y saben cómo terminaba el estripts? El final del show no era más que una jovencita bailando eufóricamente en un pantalón y un peto color piel semitransparente.
Para que vayan dimensionando el nivel de deterioro. Y no me refiero a la moral de las viejas reclamonas, sino que también es algo que vemos todos los días, tanto en las salas de clases como fuera de ellas... ¿Cómo hacer para que la búsqueda de identidad, de choreza, de actitud, no termine por arruinar nuestra individualidad y nos haga caer en lo vulgar y asqueroso? Esa es una pregunta que se ha traspasado de generación en generación y que todavía no logramos dilucidar, pero sí podemos hacer un llamado a no irse al chancho con la famosa búsqueda. Puede que haya quienes la apoyen, pero todo tiene sus límites y Miley definitivamente se pasó.
Acá el show que lo cambió todo... zaaaaaa!
http://www.youtube.com/watch?v=W5f7nUBGTts