El cambio de colegio a mitad de año es una pesadilla para muchos estudiantes que, por distintas circunstancias, deben enfrentarlo con la mejor cara. Es estresante, pero ¿qué se puede hacer? Sólo atinar de buena manera para integrarse rápido y bien al sistema, a los compañeros, profesores y asignaturas. Ya sea porque tuviste problemas en tu antiguo colegio o porque te tuviste que cambiar de casa, lo peor es escuchar a cada rato que el cambio de colegio o liceo es “lo mejor que te podría haber pasado”... ¿Quién sabe si eres tú el que debe vivirlo? Igual, la idea es ser positivo y enfrentar el desafío.
Ten paciencia y ponte en los zapatos de tu familia porque para ellos tampoco es tan fácil. Ellos tienen que estimular el cambio, ayudarte a procesarlo (no es fácil dejar a los amigos y profes “de siempre”), estar atentos a las necesidades que puedan surgir –como problemas de adaptación-, acompañarte, ser receptivos y acogedores ante tus miedos y dudas.
Hay que reconocer que es fome ser “el o la nuev@”. Todos te miran como bicho raro o simplemente no te pescan. Es agotador, pues la primera impresión es bastante marcadora: cool, nerd, antipatic@, fome, rebelde o mateo, son sólo algunos de los roles que los compañeros nuevos te ponen encima, como una mochila harto pesada.
Bueno, no hay recetas y todo depende de ti y de la suerte que tengas al momento del cambio. De cualquier forma, acá van algunos tips para que el trago no sea amargo. ¿Cómo sabes si la experiencia se transforma en lo mejor que te ha pasado en los últimos meses? Nunca se sabe…
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No intentes parecer más bacán o simpátic@ de lo que eres. Se tú, si les gusta bien y sino, también. Valórate tal como eres. Además, siempre habrá alguien que valore la sencillez y honestidad.
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Busca actividades que te bajen la tensión. Únete a equipos deportivos, literarios o de cualquier tipo que te haga sentir bien contigo mism@ y con el resto.
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Muévete con cautela y observa a qué grupos te podrías integrar por afinidad. Si no resulta es mejor que no fuerces las cosas y busques otro. Así de simple.
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Intenta cumplir las normas del nuevo establecimiento para así evitar malos ratos innecesarios que te dejen expuest@ a la mirada de los demás. Es mucho más probable que triunfes pasando piola que dejando la embarrada al tiro.
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No comentes tus habilidades y deja que salgan a la luz por sí solas.
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Evita quedarte en el pasado y reduce al máximo las odiosas comparaciones entre compañeros antiguos y nuevos. Intenta mantener tus amistades y abre espacio para otras nuevas.
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No te sobre exijas. Todo tiene su tiempo y te acostumbrarás más temprano que tarde.
¿Has pasado por este proceso? Si estás en eso ¡mucha suerte!