Han pasado casi 6 años desde el polémico video del “Wena Naty”, grabado por un joven de 17 años en el parque Tobalaba de la Reina mientras una chica tenía relaciones sexuales. Ese 2007 nadie quedó indiferente a esta menor, que con tan sólo 14 años, se vio expuesta ante todo Chile gracias a internet por donde se difundió el hecho.
De ahí en adelante, la publicación de “videos prohibidos” ha sido cada vez más común entre los adolescentes chilenos, pero no sólo con imágenes de connotación sexual: desde bullying en los recreos hasta borrachos graciosos, se han transformado en temas recurrentes para compartir en carretes o con los compañeros.
El poder que tienen las redes sociales, como Facebook y Twitter, hacen de ellas la vía más rápida y masiva para que todos nuestros conocidos puedan adentrarse en nuestras vacaciones o cumpleaños, pero no hay que olvidar que lo que publicamos no sólo se queda entre nuestro círculo más cercano.
En Facebook, y muchas veces sin saberlo, podemos tener configurada nuestra privacidad en modo “público”, donde cualquier ser humano puede tener acceso a nuestras publicaciones, pero el tema en Twitter es aún más delicado. ¿Se acuerdan del video prohibido de los faranduleros Ronny Dance y Mariana Marino? Bueno, con sólo publicar un tweet con un enlace que nos parezca divertido o interesante ya no hay vuelta atrás; queda en los archivos de las redes y poco a poco se va haciendo una bola de nieve que es muy difícil de detener.
Los “cazanoticias” se han vuelto muy populares hoy en día. Denunciar situaciones que nos parezcan irregulares, como peleas callejeras o abusos de la autoridad, ayudan a que tengamos una sociedad más justa y transparente. Sin embargo, se transforma en un problema cuando se utilizan las redes sociales para perjudicar.
Todos hemos sido testigos alguna vez de videos o fotos que se comparten para hacer daño intencionalmente, y al hacerlo no sólo se perjudican a los protagonistas, sino también a sus familias y seres queridos que sufren con ver expuesta situaciones privadas o actitudes que podrían marcan sus vidas para siempre. El más reciente caso fue el video de los mechones de la Universidad Adolfo Ibáñez, que fueron grabados sin su consentimiento y en aparente estado de ebriedad, teniendo sexo en una fiesta al aire libre.
Como jóvenes podemos aprovechar todo el potencial que nos brinda la tecnología para hacer nuevos amigos, compartir nuestros intereses e incluso, transformarnos en líderes de opinión, pero también debemos ser responsables de los contenidos que subimos a la web. La mejor forma de generar conciencia en los demás es empezar por nosotros mismos.