El año pasado fue el sueño de 243.912 jóvenes. De ellos sólo 219 lo lograron. Para el proceso anterior a este, hubo 316 puntajes nacionales, y antes de ello 520. El club, de aquellos que han alcanzado el puntaje máximo en la PSU, parece estar reduciéndose año a año. Con algunas recomendaciones y vivencias, Víctor Yunis y Camilo González, nos cuentan cómo fue su proceso para llegar a los anhelados 850 puntos.
Camilo, salió del Instituto Nacional y actualmente cursa Licenciatura en Literatura en la Pontifica Universidad Católica de Chile. Fue puntaje nacional en Historia.
Su problema radicó durante el segundo semestre del 2011. En el apogeo de las movilizaciones secundarias, hicieron desviar la dedicación a las clases por tomas de colegios, marchas estudiantiles y asistencia a asambleas. No obstante esto le dio a Camilo la oportunidad de aprovechar más el preuniversitario.
Y aunque obtuvo puntaje máximo, confiesa que sus compañeros estudiaban más que él, y sin embargo no aumentó sus horas de estudio. Sus ocupaciones se prestaban más en la computación y a la vez en la natación, deporte al que debió renunciar con tal de mantener su ritmo de estudios.
Caso similar al de Víctor Yunis.
Víctor, salido del Colegio Rafael Sotomayor de Las Condes y ahora estudiante de Ingeniería Civil Eléctrica en la Universidad Católica fue puntaje nacional en matemáticas.
Para cuarto medio practicaba dos deportes simultáneamente, pero la exigencia del preuniversitario y el colegio, le forzó a abandonar uno, pero se quedó con natación, práctica que le ayudó a encontrar la tranquilidad del estudio, sobre todo en la de Lenguaje, según declara.
Además fue elegido por el proyecto PENTA de la Universidad Católica. Modelo educativo que identifica a jóvenes talentos académicos, ofreciéndoles apoyo que enriquezca los conocimientos otorgados en el colegio.
“Estar en el programa de talentos académicos UC era tan importante para mi como el colegio y el preuniversitario”, dice Víctor que a la vez exclama que en algunas oportunidades tenía más material de lo que podía estudiar.
Ambos se mentalizaron en conseguir el puntaje nacional, por lo que ir al colegio ya era algo más importante, prestar atención fue del todo necesario para lograrlo. Sin embargo, el estudiante de literatura no alteró mucho sus hábitos de estudio en cuarto medio, se conformó con asistir a los dos preuniversitarios que tenía, el que impartía el Instituto y otro particular. En cambio, el alumno de Ingeniería, además de recibir el apoyo de PENTA UC y el preuniversitario pagado por sus padres, aumentó a 3 horas diarias el tiempo dedicado a estudiar, todos los días entre las 7 y las 10 p.m.
Las condiciones de cada estudiante para poder lograr ser puntaje nacional, depende de los hábitos de estudio, varía entre ambientes, recetas o trucos para alcanzar la ponderación máxima. Pero coinciden en dedicación y un trabajo que va más allá de un año de enseñanza media, de un trabajo de a veces sacrificar ciertas actividades, priorizar ciertos compromisos y tener el anhelo de tener un ingreso a la Universidad de forma más expedita y a veces de forma más económica.
¿Qué métodos utilizarás para preparar la PSU?