No es una novedad que los primeros días de clases son lejos los más pesados del año. Basta con pensar que solo hace unas semanas atrás, se estaba disfrutando en la playa o pasándolo bien en la ciudad, para sentir una inmensa nostalgia y ganas de estar en cualquier otro lado menos en esa sala. Sin embargo, ahora que las vacaciones se terminaron, para no volver en una buena cantidad de tiempo, no queda más que aguantar esa densa información que nos dan asignatura tras asignatura. Pero, no hay que desesperar frente a los largos monólogos que ofrecen algunos profesores, ya que, teniendo claro algunos tips se puede llegar al recreo sin morir en el intento.
Si ni siquiera han pasado veinte minutos y tus bostezos están empezando a llamar la atención de los demás es hora de mantenerte alerta. Por ningún motivo recuestes la cabeza en tus brazos o en algo cómodo como un chaleco, y menos, realices el truco de que escribes mientras en verdad pestañeas esperando que nadie se dé cuenta. Trata de tener algo en las manos con que jugar, hablar con tu compañero de banco y tomar agua. No dejes que el sueño te venza, por último, pide permiso para ir al baño y camina un poco para despertar.
Si en verdad quieres aprender pero ese profesor no te la hace fácil, intenta tomar apuntes. Muchas veces tras intentar escribir todo lo posible en el cuaderno la hora se pasa más que rápido, especialmente si te preocupas de que lo escrito sea comprensible y no simples garabatos. En el caso de que haya pausas muy largas entre la materia que dicte el docente, y no queda otra más que mirar la puerta y querer escapar, preocúpate de releer todo lo que pusiste en cada párrafo y destacar lo más importante.
Cuando simplemente no te gusta una clase por la persona que está parada frente a ti dictándote como loco, la mejor manera de sobrellevar esa situación es entender lo que dice y refutar o preguntar ingeniosamente un tema. No hay nada mejor que sentir que pillaste al profesor con una de tus acotaciones. El tiempo se pasará volando entre ir y venir de cuestionamientos y a la vez, aprenderás como nunca antes.
Finalmente, si en realidad no estás interesado en escuchar una pisca de materia, revisa lo pasado anteriormente y pídele el cuaderno a algún compañero si es que te falta algo, lee un libro o pasa en limpio lo que ya escribiste. Lo importante es que estés en movimiento, por muy mínimo que sea, para que no te inunde el sueño y ese deseo de estar calentito en la cama durmiendo.
Y tú, ¿qué haces para no quedarte dormido en clases?