Bullying fue un término acuñado por Dan Olweus, un psicólogo sueco que realizó los primeros estudios para prevenir el matonaje escolar. A pesar que en un comienzo se refería específicamente a problemas de acoso que sufrían niños en establecimientos educacionales, con el tiempo se generalizó para describir algún tipo de hostigamiento que pueda recibir una persona. Víctima de esto fue Tracy Korkmaz, una madre británica de tres hijos que sufría insistentes burlas por parte de los compañeros de sus hijos debido al sobrepeso que tenía. Buscando evitar esta problemática situación, Korkmaz se sometió a una gastrectomía en el University College Hospital de Londres, y por una lamentable negligencia por parte del equipo médico, falleció debido a una hemorragia interna. Afortunadamente su madre, Jane Sillitoe, logró ganar el juicio y National Health Service indemnizó a su familia para asegurar el futuro de sus hijos. Una medida que está lejos de suplir la falta de la madre, pero que nos lleva a pensar un poco más allá: ¿era necesaria la medida tomada por la acosada mujer?
Según Constanza Figueroa, nutricionista egresada de la Universidad de la Frontera, la medida tomada por la británica no es algo que haya que tomar a la ligera. “Siempre es recomendable una disminución de peso saludable, es decir, que el consumo de alimentos para cada persona se ajuste a sus requerimientos energéticos y nutritivos junto con una prescripción de ejercicio físico adecuado, antes de llegar a una intervención quirúrgica. Cuando el paciente no responde al tratamiento junto con otros indicadores clínicos, recién es posible evaluar realizar una cirugía bariátrica” apuntó. Además, nos explica que una operación de tal envergadura debe ser vigilada con atención. “Antes y después de este tipo de cirugías es necesario una evaluación, tratamiento y control por un grupo multidisciplinario que incluya especialidades como psicología, nutrición, medicina y ejercicio físico; con tal de determinar los motivos de la pérdida de peso, evaluar la adherencia al tratamiento y mantención de este en el tiempo, entre otros. A esto hay que sumar y destacar la responsabilidad del paciente para cumplir con sus controles e indicaciones, para realmente generar cambios en su estilo de vida. Hoy en día existen dietas que ayudan a bajar de peso, pero que requieren del compromiso del paciente y de un control constante por parte de los profesionales, que significan a su vez menos riesgos” afirma Figueroa.
Desde el punto de vista interior, Catalina Soto, egresada de Psicología de la Universidad Mayor, apunta que la obesidad no debe ser considerada como un problema. “La obesidad, la bulimia o la anorexia, no son los problemas en sí, y esa mirada es la que rápidamente se debe adoptar, ya que cada uno de ellos sería funcional para la persona, por lo cual, debemos dejar de llamarlo problema. No es la comida como tal el asunto importante, ni que la persona no pueda dejar de comer, sino la funcionalidad que cumple esta en la vida de la persona. Un correcto tratamiento podría evitar llegar a una operación quirúrgica, la que muchas veces solamente tiene un fin estético” dice Soto.
Un problema que puede afectar a cualquiera y que en nuestra sociedad ha sido complejo de manejar. Y ustedes, ¿qué opinan sobre el bullying a las personas con sobrepeso?
Madre, víctima de bullying, fallece tras cirugía para perder peso
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