Durante el año 2011 y 2012 diversas marchas y manifestaciones sociales convocadas por dirigentes de importantes Universidades del país, se desarrollaron en busca de una mejora respecto a la educación, su calidad y accesibilidad. El gobierno de turno, liderado por Sebastián Piñera se ha visto obligado a cambiar en reiteradas ocasiones al gabinete a cargo de este conflicto, el ministro de educación. Fue Joaquín Lavín en un comienzo, luego Felipe Bulnes y actualmente Harald Beyer, quien dijo que mientras estuviese en su cargo, no habría gratuidad en la educación superior.
El conflicto estudiantil lleva años expresándose como un asunto de interés colectivo, no deja exento a nadie y en general, la mayoría de las personas tienen alguna opinión al respecto. La problemática entre lo público y lo privado es un aspecto que genera muchas diferencias y modos de evaluar el sistema educativo que existe en nuestro país, y es muy importante porque es constitucional e históricamente una responsabilidad del estado, prevalecer la educación y bien público. Sin embargo, el mercado actual no permite que se desarrolle de esa manera y las instituciones privadas se han logrado incorporar de manera muy rápida y exitosa en el mercado de la educación de nuestro país.
Y el tema de la gratuidad es uno de los pilares fundamentales en torno a los requerimientos que exige el movimiento, principalmente por la desigualdad que genera y las pocas oportunidades para poder recibir una buena educación superior. Esto, porque los aranceles de nuestro país son unos de los más caros del mundo entero, lo cual, lógicamente genera una mayor dificultad para muchos ciudadanos llevar a cabo los costos de un miembro de la familia que desea convertirse en un profesional.
El ministro de educación actual, Harald Beyer ha sido muy rígido en su forma de llevar el conflicto estudiantil y relacionarse con los dirigentes del movimiento. Y estos últimos meses no ha sido muy diferente, durante la cuenta pública de su cartera, que dio a conocer la semana recién pasada, informó de las reformas y cambios que se incorporarán en el sistema educativo, enfatizando en los avances de la educación parvularia y el proyecto de ley de Acreditación . Sin embargo, fue claro en reiterar y destacar su rechazo hacia la gratuidad en la educación de nuestro país.
El viernes recién pasado declaró que mientras fuese ministro, no habrá gratuidad en la educación superior. Declaraciones que no dejan exento ni a académicos, como Matko Kojatic (mencionado en la nota linkeada), ni a los actuales dirigentes de Universidades que lideran la Confech y que deberán enfrentarse al ministro durante el próximo año. Como lo es Andrés Fielbaum, actual presidente de la FECh, quien ha comentado en diversos medios que considera al ministro Beyer una persona soberbia con la que será difícil negociar.
De esta manera, el conflicto parece no tener una solución final, ya que el mismo ministro declara un no rotundo frente al petitorio principal que establecen los estudiantes desde el 2011. Estaremos atentos a lo que surja y las nuevas reacciones que tendrán las palabras del ministro.
Ministro de Educación rechaza la gratuidad como solución al conflicto
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