“Pero mamá, mis neuronas se empezaron a comer y justo eran las que sabían lo que entraba en la prueba”. Por más gracioso que suene, especialmente por quienes lo usarán como excusa por reprobar en algún examen. Científicos de Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York señalan que nuestras células cerebrales se alimentan de sí mismas cuando tienen hambre.
Autofagia, nombre utilizado en el ciclo celular, para denominar el “canibalismo” que se produce en las células cuando no reciben una alimentación adecuada, si faltan nutrientes, ellas lo compensan alimentándose de sí mismas, tratando de mantener un orden y control en el organismo.
La culpa de esto es no poseer una alimentación buena en nutrientes y vitaminas, lo que hace que el Hipotálamo, encargado de controlar la sensación de hambre en el cuerpo, genere la señal a las neuronas diciéndoles: “Cabras, tenemos hambre” (en una de esas, con otras palabras) e implique la búsqueda de alimentos. También este está encargado de entregar la sensación de saciedad.
Entrando en lo técnico: Las neuronas encargadas de decirle al cuerpo que tienen hambre (denominadas AgRP), al sentir que nadie las alimenta de la forma correcta, comienzan a comerse entre sí, esencialmente sus proteínas, lo que hace que nuestro organismo produzca ácido graso, buscando generar a medias una sensación de saciedad, buscando demorar la inminente necesidad de comer que posee el organismo.
El estudio realizado por el Colegio de Medicina Albert Einstein y guiado por el científico Rajat Singh, fue experimentado con ratones, probando que cuando existe un hambre incontrolable, las neuronas de tipo AgRP generan ácidos grasos en el cuerpo para que puedan ser consumidos y, como se mencionó anteriormente, utilizan sus propias proteínas debilitándolas y generando actos de autofagia (canibalismo) entre ellas.
Este experimento, daría hincapié en porqué las dietas rápidas nunca resultan (porque la sensación de hambre produce ácido graso), además de lo difícil que es mantener un peso bajo y porqué cuando comemos una dieta alta en grasas, tendemos a sentir más hambre a la larga. Así que ya saben, mientras menos coman más grasa forman y más neuronas se sacrifican por ello.
Gracias a este análisis, se señala que la comida chatarra genera un círculo vicioso, si lo comen de forma rutinaria, hará que sientan la necesidad de comer más y más volviéndose una especie de barril sin fondo. Por lo cual, en Secundarios, como los queremos mucho, les pedimos que se coman todas las frutas y verduras para que sigan siendo igual de inteligentes como lo son ahora.
¿Qué haces cuando tienes mucha hambre?
¿Cuántas neuronas crees que ya te has comido?
“A veces, cuando tengo hambre, me como una neurona”
Publicado
por
Oscar Tucas Garcia