A nadie le cabe duda que Internet es una gran herramienta. Comunicación instantánea y gran cantidad de información con un solo click, son algunas de las ventajas de nuestra conectada forma de vida. ¿Pero cuáles son las otras consecuencias de estar hiperconectados?
1. Hiperactividad improductiva: te debe haber pasado más de alguna vez. Enciendes el computador, intentas hacer un trabajo y gran parte del tiempo se te va en otras cosas. La “hiperactividad improductiva” se resume en una intensa actividad motora, sin un objetivo preciso. Mucha acción y poco rendimiento. En vez de concentrarnos en una sola cosa, nuestra atención se divide en muchos estímulos.
A lo anterior, debemos sumarle que muchas veces permanecemos con la televisión encendida. “El círculo vicioso entre las dos adicciones: la pasividad televisiva y la hiperactividad improductiva ante Internet, genera personalidades dispersas, reactivas y neuróticas”, advierte el doctor Dr. Horacio Krell, especialista en memoria y lectura.
En definitiva, por abarcar mucho se rinde poco. Y es la misma red la que está construida para que esto suceda. Textos cortos, anuncios publicitarios, la facilidad para abrir varias páginas al mismo tiempo, hacen flaquear nuestra capacidad de atención.
2. Las redes sociales son adictivas: según un estudio de la Universidad de Pensilvania, las redes sociales podrían provocar una adicción similar a la del tabaco. El aumento del estrés, el deterioro de las relaciones personales y trastornos del sueño, serían otras consecuencias de esta nueva adicción.
Asimismo, investigadores de la Universidad de Chicago concluyeron que revisar el correo o alguna red social, sería el impulso que más cuesta controlar.
Por último, no deja de llamar la atención otra investigación que asegura que el uso de las redes sociales produce oxcitocina, “la hormona de la felicidad”. Pese a que el estudio recibió múltiples críticas por ser probado en una sola persona, entrega cierta aproximación fisiológica a esta supuesta adicción.
3. La “e-personality”, el otro yo: según el psiquiatra Elias Aboujaoude la e-personality es esa persona casi siempre mejor que nosotros mismos, creada involuntariamente para desenvolvernos de forma on line. “Liberada de viejas reglas de comportamiento y etiqueta (...) esta personalidad es más asertiva, menos comedida, se sitúa un poco más en el lado oscuro y es, decididamente, más sexy”, así describe Aboujaoude a este yo-digital.
Pese a que esta personalidad estaría centrada en la gratificación, este psiquiatra también le reconoce méritos. Además de complementar nuestra personalidad no-virtual, ayudaría a superar la timidez e inhibición. Las reflexiones de este psiquiatra se pueden encontrar en un artículo, que también relaciona la aparición de esta personalidad virtual con la gestión de “vanidades digitales”.
4. Nuestro cerebro está cambiando:
“Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?” es uno de los libros que más ha dado que hablar sobre el tema. Escrito por el ensayista estadounidense Nicholas Carr, viene a completar trabajos anteriores de éste como “¿Está Google volviéndonos estúpidos?”.
La inmediatez de Internet fomentaría los pensamientos fugaces que impiden la concentración. Esto repercutiría en el razonamiento, obstaculizando la consolidación de recuerdos. Entonces, entrenamos a nuestro cerebro a ser distraído, procesando información de forma rápida y eficiente, pero sin atención.
“La habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más”, concluye Carr.
¿De qué forma crees que Internet influye en tu vida?
El lado B de Internet: ¿Qué efecto tiene en nosotros?
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Aaron