Estamos a unos días de celebrar el bicentenario y se aproximan todos los juegos típicos, tales como el palo encebado, lanzar el trompo, carreras de sacos, atrapar al cerdo y las famosas competencias de “encumbrar el volantín”, entre otras.
La historia del volantín en Chile, se remonta al siglo XVII, cuando sacerdotes misioneros correspondientes a la orden de los benedictinos, trajeron esta costumbre, como también la de jugar a hacer competencias que consistían en derribar a su oponente con el temido “hilo curado”. El resultado fue la versión criolla que pasó a formar parte de nuestra cultura.
Si bien, esta breve reseña nos muestra cómo fue que este juego llegó a nuestras costumbres, también nos enseña que ellos fueron quienes instauraron la cultura del hilo curado.
Este “jueguito” no tiene nada de malo, pero al mezclarlo con este famoso tipo de hilo, se vuelve en un arma de doble filo, donde puede salir dañada una persona externa, a quien lo manipula. De la misma manera, podemos ver cómo entrando en estas fechas, mucha gente resulta lesionada y mutilada gracias a los cortes producidos por el contacto con este tipo de “armas”. Incluso, en algunas ocasiones, los accidentes se producen sólo por encuentro fortuito; al ir caminando por la calle o movilizándose en algún vehículo, lo que puede generar resultados muy graves.
Cuando nos referimos al uso de este implemento como una “arma”, es porque los cortes que produce son tan profundos, llegando a provocar la muerte de quien lo manipule. Según la página de La Nación, uno de los casos más recordados, fue el de Felipe Acevedo, joven que murió degollado por una hebra de hilo curado en el año 2003, mientras iba manejando su motocicleta por la avenida Américo Vespucio. Otro modo de sufrir graves daños al usar este elemento, es ser alcanzado por descargas eléctricas, ya que este elemento, puede cortar los cables del tendido eléctrico. No podemos olvidar a aquellos más pequeños, que tienen como costumbre ir a las pesquisas de los volantines que van a la deriva, sin percatarse de su entorno pudiendo ser atropellados.
Durante el mes de agosto, el Intendente de Santiago Fernando Echeverría, lanzó la campaña “Volantín Seguro”. Esta iniciativa tiene como objetivo el poner a la gente en conciencia de lo dañino que es el uso de este implemento como pasatiempo.
En la actualidad, existen medidas para el control en la producción de este tipo de elementos. Hace algún tiempo el Ministerio de Salud, se ha vuelto el organismo fiscalizador en la realización o tenencia de alguno de estos productos. Incluso, quien fuese encontrado haciendo “hilo curado”, se ve expuesto a multas que van desde un décimo de UTM hasta el pago de mil UTM -según la misma noticia publicada en la La Nación-. Asimismo, carabineros es el ente civil, encargado de requisar y multar a quienes quebranten esta norma.
Así que ya saben, no es un tema de prohibición, sino más bien de tomar conciencia de que no sólo uno puede salir lastimado, si no también quienes nos rodean. La decisión está en sus manos.
¡Cuidado!: Hilo curado al asecho
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