Cuando eres el callado del curso, quedas con ese título para siempre. ¿Por qué? No lo sabemos, pero no importa lo que hagas de ahora en adelante, no importa lo mucho que hables y opines, esa etiqueta te seguirá hasta salir de cuarto. No es tan malo como crees, y de hecho, puede tener sus ventajas. Mira esta lista y descubrirás cuáles son.
1. Cuando alguien quiere conocerte y te pregunta cosas, das largas respuestas para evitar sonar fome. Terminas diciendo incoherencias, pero la intención es lo que vale.
2. Tienes la posibilidad de juzgar a los demás en silencio. Pista: Nunca sabrán que estás pensando.
3. Los demás te encuentran misterioso, por lo que puedes fingir que eres una criatura vampiresca e inmortal, una figura muy sabia y elegante. Básicamente, un ser superior en todos los sentidos.
4. En los trabajos grupales, cuando alguien tiene que ofrecerse de voluntario para disertar o contestar una pregunta, nadie te cuestiona ya que tienes la excusa perfecta para no querer salir.
5. Aunque a veces tienes una idea brillante y quieres opinar en clases, pero temes que alguien te moleste por estar hablando ya que ese es “todo un suceso”.
6. Por lo general, las personas te encuentran adorable (por no ser problemático), por lo que les caes bien a todos. El hecho de que eres bueno escuchando suma puntos.
7. Cuando te dicen "oye pero cuéntate algo" y ves tu vida correr frente a tus ojos, esta es tu cara.
8. O cuando te preguntan algo genuinamente, algo como “¿Y qué te gusta hacer?” de pronto se te olvida todo lo que has disfrutado en tu vida y no sabes que decir.
9. Detestas cuando vas caminando con alguien en silencio y te dicen “¿oye, por qué estás tan callado?” siendo que la otra persona también va callada. Quedas como ¿WTF?
10. Piensas antes de hablar, y eso te juega a favor cuando es un profesor o inspector quien está frente tuyo.
11. A veces tienes episodios extraños en que nadie te puede hacer callar, y tus compañeros quedan extrañados (y desean que vuelvan esos tiempos en que no hablabas porque amigo, en serio, cállate un rato).
12. En general eres una persona sencilla y, contrario a la creencia popular, disfrutas de la compañía de los demás. Te interesan las personas que te tratan como tú los tratarías, con respeto y amabilidad.