Graduación, gala y fiesta de fin de año: tres cosas que todos nos imaginamos al cursar la enseñanza media. Y como no, si es uno de los momentos más esperados que se puede tener. Aparte de terminar el colegio, se vienen festividades e instantes que se vivirán solo una vez en la vida. A veces, pensar que no veremos más a nuestros compañeros -a pesar de que nunca nos llevamos bien con la mayoría- produce cierta sensación de nostalgia. Solo los escolares endentarán a lo que me refiero.
No obstante, para muchos, esto pasa a ser parte de una utopía que solo se puede conocer mediante experiencias ajenas. Yo terminé el colegio dando exámenes libres. Nunca me gradué formalmente, tampoco tuve gala y menos me hicieron una fiesta. Fui alumno, sí, pero a la vez no. Incluso llega a ser un poco rara la sensación de ser parte de un liceo en el que solo te presentas para rendir una prueba.
Es cierto, no me gusta estudiar en el colegio: los profesores me exigen, mis compañeros me desconcentran y las horas de "prisión" son un concentrado de factores que me provocan náuseas, casi instantáneamente. No obstante, estudiar en casa se transforma en algo difícil: de partida, las distracciones son muchas (desde el teléfono, tablet, computador, comer algo, ruidos y mi gloriosa cama). Además, cuando uno es joven, siempre necesita la orden de alguien, y mientras nadie me mande, simplemente no haré algo productivo.
Los profesores que he tenido han sido buenos y quizás por eso me han hecho tanta falta. Contar con ellos para consultar mis dudas se transformó en algo vital al momento de estudiar, y en casa, eso no existe. Mis padres trabajan, y aunque estén, no podrán ayudarme ¡solo necesito un maestro!
Debo confesar que no ir más a clases ha sido uno de mis grandes sueños, pero como dice el dicho "otra cosa es con guitarra". Estar tanto rato solo y haciendo lo mismo, genera cierto estrés que, aunque sea raro, prefiero estar en el colegio con mis amigos y profesores, salir al recreo y comprar en el quiosco; antes que llevar esta vida solitaria.
Dentro de mi desesperación por aquella situación, pensé que debía tener una cambió, no quería seguir como estaba. Hasta podría reprobar los exámenes, pues con el ritmo que llevaba, nada entendía. Una tarde, al reflexionar sobre el tema, decidí estructurarme. Ya tengo 18 años: si nadie me ordena, yo debo ser mi propio jefe. Por eso me compré una agenda y organicé mis horarios mes a mes.
Establecí tres días de estudio a la semana, y porsupuesto, fuera de mi casa. Lunes, miércoles y viernes de 8:00 a 14:00 fue el espacio que dedique para asistir a la biblioteca más cercana a mi casa. A diferencia, acá si podía concentrarme, el silencio del ambiente -y el olor a café- pasa a ser una rutina cómoda y obligada, que con el tiempo empecé a extrañar.
Es raro, pero de esta manera, fui yo mismo quien creé mis propios hábitos de estudio. No necesité de un profesor, ni mucho menos de mis padres; a través de mi desesperación por no saber qué hacer, pude encontrar la solución.
Aunque todo empezó a arreglarse, los problemas aún seguían. Muchas veces leía los textos de Historia y me quedaban bastantes dudas. Pero eso no es nada en comparación a Matemáticas, acá necesitaba un tutor con urgencia, por último para mirarlo y comprender cómo realizar los cálculos. En mi caso tengo memoria fotográfica, por lo que sería ideal. No obstante, aunque haya buscado tutoriales en YouTube -que debo aceptar que fueron buenos consejeros- nunca alcanzaron el nivel de la enseñanza presencial.
Si estás dando exámenes libres no necesitarás tanto esfuerzo, trabajo, estudio o sacrifico: pues basta con ser ordenado y cumplir. Como yo -al menos me dio resultados- organicé mis horarios y, aunque me costó bastante, respeté mi agenda a cabalidad y con el tiempo veo que valió la pena.
Mis exámenes fueron buenos, no brillantes, pero se puede decir que me preparé. Pues como dije: graduación, gala y fiesta de fin de año; son solos cosas que existen en mi imaginación y por experiencias de amigos. De todos modos, al final no fue tan malo: uno madura, se vuelve estructurado y sobre todo autosuficiente.
Si este año estás o piensas hacer exámenes libres, es importante que tengas en cuenta estos factores. Para mí fueron muy útiles y tampoco me trajeron un gran sacrificio. ¡sé ordenado y verás los beneficios!