Ya no es tema que la sociedad ha avanzado y es sabido que hoy en día hay mucha más tolerancia de lo que había antiguamente respecto a la sexualidad. Es cosa de recordar que hace un par de siglos atrás se condenaban a las personas que mantenían relaciones homosexuales ya que era contra la ley divina y civil e incluso aún hay personas que se escandalizan cuando se habla abiertamente de sexualidad.
Pero gracias al cielo, cada vez son menos – y sí, me incluyo – las personas que tienen un pensamiento tan retrógrado respecto a lo que es la sexualidad y a raíz de esto es que ya no sólo se habla de gays, lesbianas, homosexuales o heterosexuales, sino que ahora existe una gama de géneros y nombres para ponerle a la forma en que nos sentimos respecto a nuestra orientación sexual.
Por esto mismo, es que nació el concepto “demisexual” que se define como una “persona que no experimenta atracción sexual a menos que forme una fuerte conexión emocional con alguien”. O sea, es alguien que debe estar enamorado o que le guste mucho una persona para poder sentir una atracción por ella.
¿Pero esta condición realmente existe? Hay gente que dice que es una mera estupidez ponerle nombre a una situación como esta, pero otras personas piensan que no tiene nada de malo etiquetar la forma en que una persona se siente respecto a lo que le pasa en la práctica.
Hasta este momento, son pocas las personas que a través de internet han escrito sobre su demisexualidad y ningún famoso se ha declarado ser así. Pero no creo que pase mucho tiempo hasta que alguna celebridad salga hablando de esta nueva tendencia.
Finalmente y en mi opinión, la demisexualidad se asemeja a las personas que se caracterizan por ser románticos empedernidos que no creen en tener una relación sexual y ya, si no que se tiene que hacer el amor siempre. No estoy criticando lo anterior, es más en muchas situaciones yo me consideraría demisexual, en lo que discrepo es en que cuál es el afán de estar constantemente poniéndole nombre a las cosas.