Toda relación pasa por altibajos y momentos en los cuales nos cuestionamos si la persona que está a nuestro lado es realmente la indicada. El problema es que a veces hay actitudes del otro que nos molestan o nos asustan, pero no somos capaces de enfrentar el tema y preferimos hacernos los locos para evitar discusiones o enredos con el pololo o la polola. Sin embargo estamos agravando más la situación, porque al tomar la decisión de no hacer nada no eres fiel a ti mismo.
Como dice mi abuela "de todo hay en la villa del señor" y en el camino nos encontramos con pololos pasteles, oportunistas o descuidados, pero creo que uno de los casos más complicados es cuando sientes que tienes un "peor es nada" que es phycho y que con sus comportamientos obsesivos nos provoca más susto que amor. Esas llamadas a cada rato, las visitas inesperadas a tu casa, que se meta a tus redes sociales sin permiso, que cree perfiles falsos para agregarte y hacer preguntas sobre tu relación o si notas que está mucho más agresivo que antes, pueden ser señales de que estás ante un pololo psycho. Si lo anterior te complica y crees que no solucionarás nunca esta dificultad, acá algunos consejos que puedes tener en cuenta:
1. Raya la cancha desde un principio: cuando estés iniciando una relación, deja en claro lo que te gusta, lo que no te gusta, lo que te molesta y lo que no toleras de una pareja.
2. Protege tu espacio propio: no permitas que la otra persona pase a llevar ese espacio que es solamente para ti, ya que si lo haces aunque sea una vez el otro mal entenderá que puede repetir este comportamiento todas las veces que quiera.
3. Sinceridad ante todo: intenta contarle lo que te molesta o te asusta y pon atención a sus reacciones. Si lo toma de buena manera y entiende tus puntos, puede que el problema llegue a una buena solución. Pero si por el contrario niega todo lo que le dices y te echa la culpa, deber replantear tu pololeo.
4. Ojo con comportamientos obsesivos: si tu pololo es de los que quiere saber todo lo que haces en el día, conocer a todas tus amistades, llamarte cada una hora y ojalá estar pegado a ti 24/7, posiblemente estás ante alguien con conductas obsesivas.
5. Si de verdad sientes que estás en peligro, conversa con alguien de confianza: cuéntale a tu mejor amigo, tu mamá o algún pariente o profe en quien confíes mucho, para que juntos puedan encontrar una solución y te alejes de cualquier situación peligrosa.
6. Si no estás contento en tu relación, no estires el chicle hasta el final: no es justo para ninguno de los dos estar juntos, si hay uno que ya no quiere seguir por ese camino. Al continuar con alguien porque te da pena o lata terminar con él o ella, no le estás dando la oportunidad de que conozca a una persona que realmente sea la indicada para tu pareja.
Lo peor que puedes hacer es quedarte callado, así es que intenta conversar las cosas o buscar ayuda, porque una relación no debe basarse en el miedo o la rabia. Recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar.
Imagen CC Pedro Ribeiro Simões