Si desde el principio de nuestras vidas dependiera de nosotros cómo llamarnos y elegir nuestros 2 nombres, sería maravilloso. Sobre todo en aquellos casos que avergüenzan. Durante la etapa del colegio, que por lejos vives los momentos más humillantes, crueles y también graciosos de tu vida, es el momento propicio para “trollear” por los segundos nombres.
Es duro ese episodio de tu vida cuando tus compañeritos no tienen nada mejor que hacer que molestarte, por el creativo nombre que te pusieron tus padres para que no pertenecieras al 90 por ciento de los nombres repetidos en nuestro país, aunque sea el segundo nombre. Sin ir más lejos en las elecciones presidenciales de noviembre de 2013, un vocal de mesa fotografió el carnet de un votante de nombre Shakespeare Mozart Armstrong y la subió a las redes sociales, generando burlas que incluso cruzaron la frontera. Aquí definitivamente se fueron en volá.
Hace unos años conocí el caso de un chico que por años había logrado ocultar su nombre en el colegio, pero como todo tiene fecha de vencimiento sus compañeros se enteraron y no fue necesario forzar la situación. Este chico iba en cuarto medio y se estaban preparando para rendir la PSU, así que el primer paso es la inscripción en la que te piden varios datos personales, entre ellos tu segundo nombre, CUEK. Esa vez la profesora jefe comenzó a pedir a viva voz algunos datos de los alumnos, el chico se llama Heriberto, un nombre ya un poco gracioso y antiguo para una persona que actualmente tiene 19.
Heriberto se puso nervioso porque sintió que ya era inminente que se supiera su gran secreto que por años escondió y pasó inadvertido para el curso, incluso para temas como graduaciones porque su mamá siempre hablaba con los profesores y directivos del colegio para que no mencionaran el segundo nombre, pero esta vez no pudo zafar. Sumado a que la profesora era nueva y no tenía idea que a Heriberto no le gustaba su segundo nombre, comenzó a nombrar uno por uno hasta que llegó a él y preguntó, Heriberto ¿me puedes decir tu segundo nombre por favor?. Me imagino que en ese momento sintió que le estaba haciendo un fatality en su máxima expresión y que caía al vacío de 200 KM por hora. Él se quedó en silencio un momento y la profesora le volvió a repetir la pregunta, no se encontró con otra alternativa que decir su nombre y acabar con los años de trauma que llevaba encima y dijo tímidamente “ mi nombre es Putasio” cómo dice la profesora y no volaba ninguna mosca y el silencio de sus compañeros era impactante. Heriberto nuevamente dice “Putasio es mi segundo nombre” y luego de pasar de un momento silencioso y de impacto , todo el curso e incluida la profesora comenzaron a reírse sin parar por varios minutos.
Heriberto finalmente se sumó a las risas de sus compañeros y asumió que por lo que quedaba de año, sería trolleado por su cómico nombre Putasio, que como todos sabemos pareciera que hiciera referencia a ese garabato que todos decimos, JA. Ojalá que Heriberto Putasio tenga más suerte cuando deba decir su segundo nombre en público nuevamente.
Imagen CC Charlotte Spencer